E n 2017 España volvió a batir su propio récord al situarse durante 26 años consecutivos como líder mundial en donaciones (2.183) y trasplantes de órganos (5.259). ¿Cómo se logra mantener ese liderazgo?
Ya podemos decir que España volverá a ser líder en donantes y trasplantes también este 2018, por lo que cuando acabemos el año serán 27 años consecutivos. Y lo seremos muchísimos más, porque la diferencia con el resto de los países son enormes y se agiganta cada vez más. Para explicar cómo se mantiene el liderazgo hay tres patas fundamentales que comparo con las de un trípode. Evidentemente, si la población no recibe el mensaje, si no se siente generosa, no sería posible. Esa es la única parte de la sanidad que no es posible sin la colaboración explícita de la población. Otra de las patas sería el sistema sanitario, que tiene un nivel altísimo y, además, una cobertura universal y eso es muy importante. El tercer punto es el sistema organizativo, es decir la red de personas muy bien entrenadas, que son los coordinadores de trasplantes. En solo tres años nos pusimos a la cabeza del mundo, lo que quiere decir que hicimos algo que el resto de países no hacían.
¿A qué se debe que España tenga cada vez más ventajas sobre otros países?
Se debe a que hace años España empezó a hacer cosas nuevas. Gracias a la introducción de toda esta red empezamos a despegar y nos colocamos los primeros del mundo en el año 1992, tres años después del comienzo. Pero hace unos diez años veíamos que teníamos unas cifras que si bien eran las primeras del mundo, estaban un poco estancadas y decidimos que había que hacer cosas nuevas.
¿Qué iniciativas adoptaron?
La colaboración de los médicos de urgencias en la detección de donantes en los servicios de urgencias y la donación a corazón parado o donación en asistolia, que son pacientes que no llegan a la muerte cerebral pero tienen un proceso irreversible y en ese momento todavía se puede solicitar la donación y hacer una serie de maniobras para que donen los órganos. Eso representa hoy otro 25%, es decir, la mitad de nuestros donantes proceden de cosas que empezamos a hacer en 2010 y que, probablemente, si no lo hubiéremos hechos tendríamos del orden de la mitad de los donantes que tenemos hoy. Los tres o cuatro últimos años han sido de máximo crecimiento en la historia de España en materia de donación y seguimos creciendo este año.
En Lanzarote, tal y como usted aseguró durante su conferencia en las III Jornadas Elevados al Éxito ha habido este año una donación en asistolia.
A principios de este año había cinco donantes de este tipo, cuatro en las islas mayores y uno en Lanzarote. Lanzarote está contribuyendo de una forma activa a este tipo de donación, que representa ya la cuarta parte de los donantes en toda España.
El éxito de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) es uno de los motivos para valorar la sanidad pública, ya que la privada no está en ese sistema.
Creo que una de las bases de los espléndidos resultados en trasplantes es el Sistema Nacional de Salud. Podrá tener todos los fallos que uno quiera, pero cuando uno viaja y lo compara con el resto del mundo se da cuenta también de sus bondades. Es un sistema de altísima calidad, de cobertura universal -puede tener sus fallos, quién no los tiene- pero del sistema todos nos deberíamos sentir francamente orgullosos. Además, si miramos atrás ahora que estamos cumpliendo los 40 años de la Constitución Española y vemos los datos que había antes y los que nos encontramos ahora, vemos un cambio realmente espectacular en la esperanza de vida, en la mortalidad infantil, en absolutamente todo. Tenemos que ser más positivos y considerar que tenemos un gran Sistema Nacional de Salud.
Canarias está en la media del ranking nacional de donaciones, entre 43 y 44 donantes por millón de habitantes (la tasa nacional fue de 113 por millón de habitantes en 2017). ¿Se puede mejorar ese nivel?
En Canarias hay dos tipos de trasplantes que no se pueden realizar por problemas logísticos, los de corazón y pulmón. Cuando uno entra en esas listas de espera necesita disponer de la posibilidad de trasplante de todos los donantes de España. Canarias está justo en el límite para que desde la Península se pueda venir aquí a extraer un corazón y un pulmón. Solamente vienen a Canarias los equipos del centro y del sur de España. Los del norte no llegan porque no hay tiempo suficiente. No puede pasar más de tres o cuatro horas un pulmón y un corazón desde que se extrae hasta que se trasplanta. Si se dispusiera de un trasplante de corazón y pulmón, que se ha considerado muchas veces en Canarias, el problema es que estaríamos en las mismas, es decir, a los equipos canarios les sería muy difícil ir a la Península a por esos órganos, con lo cual los enfermos canarios dispondrían de muy pocas posibilidades de trasplantarse. Ese es el motivo por el que los enfermos canarios de pulmón y corazón tienen que ir a Madrid y a veces tienen que estar mucho tiempo allí. En cuanto a la situación de Canarias en la media del ranking nacional, las comunidades suben y bajan en el ranking y Canarias ha estado de las primeras en algún momento. Canarias tiene un espléndido sistema, se está trabajando muy bien y este año se está creciendo todavía más. Probablemente acabe el año por encima de la media española. La donación y los trasplantes en Canarias gozan de buena salud. En cuanto a los enfermos de riñón trasplantados en Canarias en relación a la población, las Islas tienen uno de los mayores índices del mundo. En Canarias hay mucha necesidad de trasplante renal por la gran incidencia de diabetes y de obesidad, cuyo sistema funciona muy bien, al igual que el hepático, y el pancreático.
En Alemania la tasa es de nueve donantes por millón de habitantes y de 21 en Reino Unido. ¿Se puede propiciar el turismo de trasplantes en España?
En España no se admiten extranjeros que vengan a trasplantarse, al igual que otros países, porque entonces no tendríamos órganos para los españoles. Trasplantamos a extranjeros siempre que residan de forma estable en España. Todos los inmigrantes en España tienen la misma posibilidad de trasplante que un nacido aquí.
¿Cuáles son los nuevos retos de la ONT, que usted presidió hasta el pasado año?
La ONT siempre está con nuevos retos. Si funciona es porque nunca se ha quedado conforme con lo que hace, sino que siempre ha querido más. En estos momentos me consta que se está trabajando en la introducción de determinadas terapias celulares, que al fin y al cabo son trasplantes, células convertidas en medicamentos, pero que están teniendo un papel muy importante, por ejemplo, en el tratamiento de las enfermedades de la sangre. La ONT está trabajando con el Ministerio de Sanidad para su introducción en España. Cualquier cosa que esté en la vanguardia de la investigación, ahí tiene que estar la ONT.
¿Hay algún órgano que aún no se pueda trasplantar?
El único órgano que no se trasplanta es el cerebro porque ahí es donde radica la vida. Es metafísicamente imposible que se trasplante un cerebro. De hacerlo, lo que haríamos en realidad sería trasplantar un cuerpo a un cerebro y no al revés. Los avances fundamentales que se están dando en estos momentos son, precisamente, en la conservación de esos órganos y eso puede ser muy importante para Canarias en un futuro. Con algunos de estos órganos, como son el corazón y el pulmón, hay procedimientos que están en fase experimental para que en lugar de esas tres o cuatro horas puedan aguantar algo más y viajar con más facilidad de la Península a Canarias y quizá también a la inversa.
¿Es fácil mantener a la ONT fuera de injerencias políticas?
He tenido que convivir con 16 ministros de Sanidad y como lo que hice fue coordinar a comunidades autónomas, cada una de ellas ha tenido una tasa de recambio de consejeros de Sanidad más o menos similar. Eso quiere decir que he tenido que convivir con muchas personas de todos los colores políticos y fácil no ha sido, pero hemos hecho nuestro trabajo. El hecho de que muchos aspectos de la Sanidad no hayan prosperado se ha debido en gran parte a que es imposible tener una continuidad. Muchas de las cosas que tenemos ahora las concebimos en 2008 -como donaciones en Urgencias y a corazón parado- y si no hubiera habido una continuidad, no estarían en marcha. Esto es una muestra de que hay que dejar trabajar a los expertos porque si no, las cosas no funcionan.
Usted se jubiló el pasado año. ¿Se arrepiente de algo que no hizo en la ONT?
No. Uno ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y hay que dejar paso a los jóvenes. Me siento orgulloso de haber dejado a mi equipo de la ONT en perfecta situación de seguir y mi sucesora, la doctora Domínguez Gil, está perfectamente capacitada y engranada con todas las comunidades y el sistema funciona perfectamente.
