El ADN hallado por la Guardia Civil en un cepillo de dientes en la vivienda que compartían en la urbanización El Palmeral de Costa Teguise la joven paraguaya desaparecida Romina Celeste Núñez y su esposo, Raúl Díaz, coincide, en principio, con las muestras analizadas del trozo de pulmón hallado por un turista el pasado 5 de enero en la orilla de la playa de Las Cucharas.

No obstante, el resultado de ese análisis no es aún concluyente puesto que se está a la espera de que la madre de Romina, Miriam Rodríguez, llegue a Lanzarote desde Paraguay para cotejar el ADN de su progenitora (indubitado) con el resto orgánico encontrado en el litoral de Las Cucharas y ratificar la conclusión inicial a la que llegaron los investigadores. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha confirmado que el hallazgo de Las Cucharas es un resto humano, pero no se sabe aún si pertenece o no a Romina.

La Consejería de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote tramita la compra de los billetes de avión de la madre de Romina y del hijo de cuatro años de la joven para viajar a la Isla.

Agentes del Equipo Central de Inspección Ocular de Criminalística de la Guardia Civil (ECIO) inspeccionaron al milímetro el pasado 17 de enero la segunda planta del dúplex después de haber hecho lo propio días antes en el piso inferior de ese domicilio, que compartían Romina y Raúl, en prisión preventiva en la cárcel de Tahíche el 16 de enero después de confesar ante la Guardia Civil ser el responsable de la desaparición del cadáver de su mujer, pero no de su muerte, ya que dijo que se la encontró fallecida en el baño cuando regresó a la casa en la tarde del 1 de enero.

Díaz intentó borrar cualquier rastro de los restos biológicos de la joven hasta el punto de que pintó una pared de una terraza y compró sosa caústica para hacer desaparecer cualquier pista.