"Es muy duro, es muy duro". Miriam Rodríguez, la madre de Romina Núñez asesinada presuntamente a manos de su marido, Raúl Díaz, está destrozada. "Mi hija no vino a España a morir sino a trabajar", ha asegurado en Lanzarote después de haber prestado declaración en los juzgados de Arrecife donde se investiga la muerte de la joven de 28 años. Tras volar desde Paraguay, una vez que el Cabildo de Lanzarote le costeara los billetes de avión, Miriam confensaba que su familia está destrozada. "A los cuatro que estamos en casa nos mató en vida", señalaba a los periodistas conteniendo la emoción y el cansacio de muchas horas sin dormir desde que el pasado 31 de diciembre ya no volviera a oír la voz de Romina.

"Que me la lleve en un cofre es muy triste", indicaba una madre rota por el dolor. Miriam negó que supiera que su hija sufriese malos tratos por parte de su esposo."Mi hija nunca me comentó que la estaban tratando mal. Si me lo hubiese dicho ahora mismo estaría viva y no muerta tirada en el mar. No hubiese venido a España a buscar justicia para mi hija", afirmaba con contundencia en la rueda de prensa ofrecida esta tarde en un hotel de Arrecife. "Gracias a los periodistas se supo la verdad", reconocía.

Lo que sí tiene claro es que nunca va a perdonar a la persona que acabó con la vida de su hija. "Nunca lo voy a perdonar. La maltrató, la quemó, la descuartizó y la tiró", dijo. "Cómo lo voy a perdonar". Miriam solo quiere que se haga justicia y que Raúl Díaz asuma que él la mató. "Quiero la máxima condena y que se haga justicia pero que no me pida perdón. Que asuma que él la mató porque no hay otra".