La Fundación César Manrique (FCM) abrió anoche la casa Taro de Tahíche, la que fuera vivienda del artista entre 1968 y 1988, a los más de 600 invitados con los que compartió la fiesta de conmemoración del centenario del nacimiento del artista, una celebración cuyo programa de actos se extenderá hasta el 24 de abril del año que viene.
Entre los presentes se encontraban el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien acudió en compañía de su mujer, Sonsoles Espinosa. No dudaron en recorrer Taro admirando, una vez más, la que se ha descrito como "una de las viviendas más inconcebibles del mundo", emplazada en medio de una colada de lava surgida de las erupciones que azotaron la Isla entre 1730 y 1736.
Representantes de la política insular con miembros de partidos como el PSOE, Ciudadanos, Podemos y el PP, la economía y la cultura, entre otros sectores, además de personas particulares, estuvieron presentes en Taro en una cita en la que también estaban los hermanos de Manrique, Carlos y Juana.
"César Manrique estaría hoy liderando esta fiesta, invitándoles a disfrutar de cada momento, elevando la alegría a argumento imperativo para convertir esta tarde noche en un recuerdo inalterable. Conmemoren sus cien años festejando la vida, sus propias vidas, con placer, con el júbilo de las ocasiones encomiables", afirmó el director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera ante los allí congregados.
Por su parte, el presidente de la FCM, José Juan Ramírez, subrayó que "las palabras, obras e ideas de César Manrique siguen vivas" y añadió que "a la luz del tiempo histórico que vivimos nos parecen más necesarias que nunca para pensar y encarar nuestro presente". Instó a "sumarnos a las exigencias de protección de sus obras públicas, un bien patrimonial de Canarias y de la humanidad". Consideró necesario "proteger" los Centros Turísticos del Cabildo "de alteraciones indeseadas, de usos masivos, de concepciones que ponen la rentabilidad por encima de la conservación y agregados postizos que en nada tiene que ver con el proyecto original del Cabildo y de César". Advirtió de que "las obras de César son nuestras catedrales y las catedrales se conservan y no se transforman".
