El gran jardín interior y la piscina que el artista César Manrique creó en el hotel Salinas en 1977 han recuperado todo su esplendor gracias a los trabajos de rehabilitación de ambos espacios, dos de las señas de identidad del establecimiento.

El Meliá Salinas, alojamiento de lujo situado en Costa Teguise proyectado por el arquitecto Fernando Higueras y una de las joyas de la cadena, reabrió sus puertas el pasado 1 de junio tras cuatro meses de obras. Desde su inauguración en 1978 no se había realizado una intervención de tanta envergadura en las zonas ajardinadas ni en la piscina, que ha requerido el visto bueno de Patrimonio del Cabildo al tratarse de creaciones manriqueñas.

Tras un minucioso trabajo de restauración e impermeabilización de las seis charcas que ha materializado la empresa Tibicena Arqueología y Patrimonio y que ha obligado a limpiar una a una las miles de piedras del fondo así como las rocas volcánicas de los muretes, renovar las pasarelas según su aspecto original y a trasladar de forma provisional a dos invernaderos del hotel alrededor de 550 ejemplares de plantas, la gran mayoría reubicadas de nuevo en su lugar inicial, el gran oasis que está debajo de la cúpula abierta ha rejuvenecido su aspecto.

Además, se ha recuperado uno de los montículos de piedras que había al final de la cascada más próxima a recepción y que había desaparecido en una actuación anterior.

En la piscina se han restaurado todo el vaso, las duchas, los puentecillos, que se han desmontado y vuelto a instalar, y los jardines exteriores que rodean la amplia zona de baño. Las canalizaciones y la maquinaria se han sustituido por otras nuevas debido a su antigüedad.

Cartelería con autoría

Las actuaciones han reforzado la impronta que Manrique dejó en los jardines interiores y exteriores así como en la piscina, contribuyen a resaltar aún más su sello y permiten apreciar mejor todos los detalles, explicó el director del hotel, Ernesto Guerra.

En el directorio del hotel, como novedad, se detalla la autoría de las charcas y la piscina como obras de César Manrique, lo que convierte a esos puntos en paradas obligatorias no solo para los clientes sino para todas las personas que quieran conocer dos de las creaciones de Manrique en Costa Teguise. Junto a las charcas se montará una exposición permanente del proceso de construcción del recinto y sus elementos más relevantes.

Del arquitecto Álvaro Sans, que diseñó las villas del Salinas hace más de una década, es el proyecto de modernización del bar, el bufé y el comedor, que cuentan con mobiliario y maquinaria completamente nuevos. En esa zona de restauración se ha recuperado la barra según la intervención original que definió Higueras, se han mantenido los marcos originales de las ventanas y restaurado la cristalera del techo. El conjunto conserva la exclusividad y el entorno en armonía que caracterizan al Salinas.

Además, el nuevo equipamiento del espacio se ha aislado con más distancia de separación que el que se había retirado para acometer las obras, del largo mural de César Manrique que preside la estancia. De esa forma, adquiere un mayor protagonismo.

La arquitecta Adriana Sans ha liderado el proyecto de decoración interior del comedor y sus espacios anexos con toques que recuerdan el rojizo de los volcanes de la Isla y el azul del mar.

Meliá ha invertido 2,5 millones de euros en la reciente restauración y modernización del Salinas. Con esta inversión ha finalizado prácticamente la renovación del inmueble tras haberlo hecho con las habitaciones.