- Grosso modo, la situación de Lanzarote es la de una isla en la que la empresa de producción y distribución de agua de abasto está en manos de administradores concursales, las mociones de censura son habituales en los ayuntamientos y el Cabildo, hay casi de una treintena de hoteles declarados ilegales... ¿Es Lanzarote la Marbella de Canarias?

- Me rebelo, me rebelo contra esa afirmación. En Marbella no queda ni un metro de costa libre frente a Lanzarote, que tiene libre más del 90 % de su litoral.

- Uno de los problemas más graves de la Isla es la situación de la empresa de agua, Inalsa. Sus administradores concursales esta misma semana se llevaban las manos a la cabeza al contabilizar que cada día se van por el sumidero 31 millones de litros, la mitad de la producción. ¿Es eso el colmo del desatino de la gestión de Inalsa?

- La gestión de Inalsa lleva muchos años de desatino. Sin embargo, yo sigo pensando que como empresa está llamada a tener necesariamente beneficios por cuanto es la que tiene el monopolio en Lanzarote. Es cierto que las pérdidas son el principal talón de Aquiles de la empresa y por esa y otra razones vamos a declarar la próxima semana la emergencia hídrica en toda la Isla. Esa declaración nos va a permitir acometer obras de cambios de tuberías y sustituir muchas membranas en las desaladoras para evitar que nos veamos en verano con una situación poco deseable.

- ¿Dónde situaría usted la responsabilidad de ese enorme agujero de Inalsa y cuál es la vía para resolver esa situación?

- En honor a la verdad las responsabilidades probablemente sean compartidas, pero más de unos que de otros. La principal responsabilidad, bajo mi punto de vista, recae sobre el pacto que ha gobernado mayoritariamente la Isla y sobre el que ha recaído la gestión de Inalsa, salvo un pequeño periodo en el que Inés Rojas presidió el Cabildo y en el que se redujeron considerablemente las pérdidas. Y el remate fue el anterior grupo de gobierno. En ese momento la deuda se disparó hasta los 40 millones de euros. Es verdad que parte de ella es producto de un laudo que pesa sobre Inalsa y que obliga a pagar más de 10 millones euros por una planta que nunca se construyó.

- Esa son las responsabilidades. ¿Y la solución?

- La solución es bien sencilla. Es verdad que los administradores pretenden, bajo mi punto de vista, trasladar al consumidor la deuda con los acreedores con una desorbitada subida de tasas y el grupo de gobierno no está dispuesto a eso de ninguna manera. Nosotros a los que estamos dispuestos es a cumplir la ley. Y la ley no nos obliga a subir las tasas a cerca de un 40 %, la ley nos obliga a cubrir los costes de producción, y según nuestros cálculos con una subida muy moderada se van cubrir y con los ahorros en costes del futuro se podrá pagar a los acreedores. No en tres o cuatro años como pretenden los administradores, pero sí en diez con unas rebajas importantes en la deuda. Es relativamente sencillo poner a Inalsa en número negros.

- Usted habla de emergencia hídrica, y aunque asegura que no es Marbella, con la situación de ilegalidad de parte de su planta hotelera y una clase política gravemente contaminada por varios casos de corrupción, ¿Lanzarote merece que se la declare en estado de emergencia política?

- La verdad es que a uno le duele mucho que Lanzarote sea noticia por nuestras escandaleras políticas un año tras otro. Yo espero que ese ciclo haya acabado y la clase política tomemos conciencia de que Lanzarote, pese a los errores cometidos con nuestro desarrollo turístico, está magníficamente conservada en comparación con otros destinos occidentales. No es cierto que la Isla esté salvajemente urbanizada, como se traduce en alguna publicación nacional. No es cierto por más que haya 27 sentencias que anulan licencias urbanísticas a hoteles construidos, por cierto, en suelo turístico, no en suelos que han sido recalificados. Es más, es un debate bastante hipócrita si tenemos en cuenta que el desbordamiento en crecimiento turístico ha sido ínfimo en comparación con el que preveía el planeamiento insular con las camas residenciales. Si los promotores que acometieron proyectos de camas residenciales en los núcleos turísticos hubiesen sido demandados, habrían sido, en su mayoría, anuladas por los mismos vicios que las hoteleras.

- Usted cree que el Cabildo de Lanzarote, cuando planteó determinadas demandas en relación con las camas irregulares, ¿incurrió en desigualdad? ¿Hubo promotores a los que se persiguió y a otros no? ¿Se excluyó a alguien por razones políticas?

- Se excluyó la planta residencial y eso es algo admitido por los técnicos que recibieron mandatos políticos. Y la razón por la que no se hizo, que se aduce, fue por falta de capacidad de personal.

- ¿Usted se cree eso?

- Bueno, yo no tengo por qué dudar de lo que me dicen los técnicos. Y tampoco cambia nada lo que crea o deje de creer. Tengo un problema sobre la mesa y estamos tratando de solucionarlo con la mayor altura de miras posible en la búsqueda de la verdad jurídica y no en la política, donde algunos la pretenden llegar para erigirse en protectores únicos de la defensa del territorio. Lo que sí creo es que, en la búsqueda de soluciones, sí que hubo discriminación porque sí hubo acuerdos en el pasado con determinados promotores turísticos por parte de la dirección política del Cabildo que ni siquiera se les ofrecieron a otros.

- ¿Se aplicó una vara de medir diferente con unos y otros por razones políticas?

- Entiendo que sí.

- Entre la alternativa de demoler los hoteles y la de hacer la vista gorda habrá un término medio. Usted dice que no es partidario de una amnistía, pero ¿es el momento de una ley del punto final?

- No entiendo que esté en la voluntad de nadie demoler. Sería un disparate. Es posible que en la voluntad de alguien esté la amnistía absoluta, desde luego no en la del grupo de gobierno. Más que una ley de punto final sería mejor una ley que ponga mesura al debate y sentido común.

- ¿Cómo es su relación con Paulino Rivero?

- Muy buena. No somos amigos del alma, pero en lo personal es cordial y buena en lo político.

- ¿Y dónde está Rivero? ¿en el lado que lo arropa a usted o en el que no lo hace?

- Rivero es un hombre con muchas tablas y siempre ha tratado de mediar para que la sangre no llegue al río en el seno de la organización insular. Pero es un demócrata y como tal lo que respalda es lo que la mayoría de la organización decida, y la mayoría, desde hace mucho, está en Lanzarote en torno a Jesús Machín, su presidente, que es donde yo estoy y donde está Rivero.