Con Hairspray y la tercera parte de Hora Punta 3, entre otras, bajó el telón para siempre el multicines Galaxys hace una semana. Era casi la crónica de una muerte anunciada ya que la poca afluencia de público en los últimos años habían firmado su condena.

Tanto o más apenado que los espectadores habituales del multicine se muestra Júnior Melo, uno de los propietarios de la sala. "Era el que más quería de todas las salas que tenemos", reconoce, "lo abrimos con vocación de mostrar buen cine, no sólo pensando en el negocio".

Y es cierto. Desde que abrió, en agosto de 1985, una de sus seis salas ofrecía una película en versión original, una exquisitez insólita entonces. Luego, varios ciclos mantuvieron el gusto por el cine de calidad.

Pero el negocio es el negocio y el cine americano manda. El primer gran taquillazo del Galaxys en su estreno fue Único testigo (1985), la película protagonizada por Harrison Ford.

Con los años llegaron más exitos, como cuando se estrenó Parque Jurásico (1993), con cinco salas proyectándola; Rocky IV (1985), Instinto Básico (1992) o Ghost (1990), todo un récord de la sala, con un año y una semana ininterrumpidos en cartel. "Con sólo 22 años es un cine caduco, cuando los cines antiguos duraban medio siglo sin una reforma", lamenta Melo.