La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria ha denunciado ante el Ayuntamiento varias veces el último año y medio la ocupación ilegal de las viejas factorías de El Confital, de propiedad municipal, por ciudadanos que se han habilitado chabolas dentro de ellas. Sin embargo, y pese a las denuncias policiales, el Ayuntamiento no ha tomado medida alguna para erradicar este fenómeno.

Fuentes policiales aseguraron que detectaron los primeros casos de ocupación de las viejas factorías pocos años después de que el Ayuntamiento adquiriera El Confital, en 2005, aunque es en el último año y medio cuando se ha disparado. Sin embargo, este es un chabolismo ocasional, de temporada, ya que la Policía Local ha comprobado que en la mayoría de los casos se trata de vecinos de la zona -La Isleta o Las Coloradas- que se habilitan un cuarto para pasar los fines de semana o las vacaciones de verano y Semana Santa.

Estos okupas se han aprovechado de la falta de vigilancia y la lejanía de otras zonas habitadas para construirse sus chabolas impunemente con ladrillos y cemento. De hecho, la Policía Local pilló hace unos meses in fraganti a un okupa que apilaba bloques y mezclaba cemento con un bombo de obra junto al edificio de la factoría.

Las factorías forman un complejo de tres edificios separados unos 20 metros el uno del otro. Estos locales son construcciones cuadradas con muros de unos tres metros de alto y sin techo. Su interior está dividido en unos ocho habitáculos donde se guardaba el pescado. La ausencia de techo se explica porque los antiguos trabajadores echaban la sal con la que se conservaba el pescado por encima del muro. Para entrar al edificio sólo había una puerta.

Sin embargo, la fisonomía de estos edificios ha cambiado por completo con los nuevos okupas. Éstos se han encargado de abrir puertas en los viejos muros, de más de medio metro de ancho, han arreglado los habitáculos donde antes se guardaba el pescado y les han echado un techo. Los más sofisticados, incluso, han instalado bidones de agua, motores eléctricos y hasta antenas de televisión. Otros han llegado a colocar moqueta simulando un césped delante de su chabola, además de sillas y mesas, todo con vistas al mar como si fuera un bungaló del Sur. También se aprecia una caravana aparcada junto a una chabola.