Los túneles de la Avenida Marítima llevan ya medio año con las paredes de hormigón al aire, después de que el Cabildo levantara el pasado mes de agosto sus paredes para evitar accidentes por los frecuentes desprendimientos de las losetas. El Cabildo de Gran Canaria atribuye el retraso de las obras a la falta de dinero y lo peor es que todavía desconoce cuándo se podrá llevar a efecto el arreglo de las cuatro galerías.

El coordinador de Obras Públicas del Cabildo, Rogelio Frade, ha informado de que por ahora sólo se abordará el arreglo de dos de los cuatro túneles de la Avenida, el que está a la altura de la Base Naval y el de Torre Las Palmas, mientras que los de Pérez Muñoz y Santa Catalina tendrán que esperar hasta que la institución tenga dinero.

El recubrimiento de los túneles precisa de una financiación de más de tres millones de euros. "El Cabildo sólo dispone de 1,7 millones de euros", señaló Rogelio Frade, una cantidad que sólo permitirá trabajar en los dos túneles ya citados. Así, aseguró que la institución sacará antes de un mes el concurso para ejecutar la mitad de la obra. Frade espera que los trabajos se inicien antes del próximo mes de mayo. "Tendrá un plazo de ejecución de seis meses, porque será una obra lenta", ya que tendrá que realizarse durante la noche para no colapsar la principal arteria de la capital grancanaria. En el mejor de los casos, hasta noviembre no se terminarán las obras de los primeros dos túneles. Otra cosa es lo que sucederá con los otros dos.

Frade se limitó a decir que el recubrimiento de los mismos se abordará cuando haya dinero. "El proyecto está hecho desde hace meses y vamos a ejecutarlo en función de las disponibilidades presupuestarias. Por esa razón, se ha decidido dividir el proyecto en dos fases", señaló el responsable de Obras Públicas, quien espera que los remanentes (dinero sobrante) de 2010 permitan abordar la segunda fase antes de que acabe el año.

Retirada urgente

Como se recordará, el Cabildo tuvo que cerrar con carácter de urgencia, a finales de agosto pasado, los pasos subterráneos para levantar las losetas que recubrían sus paredes, por el peligro de desprendimiento que existía.

La acción de la humedad había destrozado las losetas, muchas de la cuales se habían desprendido, y también parte de los muros laterales.