¿Qué ofrece la base del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en el puerto de Las Palmas?

La gran ventaja de la base es que permite un almacenamiento a muy bajo coste, porque el PMA paga por servicios, pero no por el almacenaje del grano. Esa es una ventaja que queremos aprovechar para comprar en momentos que haya precios baratos y acercar así la comida a donde están nuestras operaciones en África Occidental. Ese tránsito largo que nosotros llamamos preposicionamiento de la mercancía cerca del beneficiario para poder actuar inmediatamente es lo que nos permite Las Palmas y por eso para nosotros es ideal.

¿Cómo funciona la compra de alimentos por el PMA?

El PMA trabaja sobre todo con donaciones financieras y a veces con donaciones en especie. La mercancía que acabamos de traer es sorgo comprado en Sudán. El PMA procura comprar toda su comida en países en desarrollo y en lo posible utilizamos el Programa de Compra en Aras del Progreso. Lo que se hace es que se compra a pequeños agricultores en países del Tercer Mundo para que al mismo tiempo sea un motor de desarrollo. Ese es nuestro esquema ideal. Primero comprar localmente, cuando no es posible hacerlo en la región, y si tampoco puede ser acudimos al mercado mundial.

¿Cuál es la situación actual?

El problema que tenemos ahora es que los precios están muy volátiles y en 15 días te puede cambiar entre un 30 y 40%. Por eso, el PMA hace compras avanzadas para evitar altos precios. Esto requiere un almacenaje y para eso tenemos el puerto de Las Palmas.

¿Qué cifras de cereales va a mover el PMA?

Le puedo decir la cifra mínima, que son unas 60.000 toneladas anuales. De ahí para adelante, lo que se necesite y permita la disponibilidad de almacenamiento. Estamos empezando. El límite está en las necesidades. Históricamente las operaciones de ayuda humanitaria llevan muchos años, con lo cual, la expectativa es de largo plazo. El PMA, cuando viene aquí, no está pensando en un año ni en cuatro, sino en veinte o más años. Esto es una organización con 15.000 profesionales y con un presupuesto de 6.000 millones de dólares anuales. La misión es para largo plazo. No venimos aquí a operar un barco e irnos.

¿Qué volumen de mercancía mueve el PMA?

4,6 millones de toneladas al año, de las que un millón es para toda África. Hasta ahora gran parte de la ayuda ha entrado por Lomé y por Acra. Lo que viene a ser Las Palmas es un paso para acercar esa mercancía. Nuestra opción es centralizar la mercancía aquí, que luego va a pasar por puertos africanos para así optimizar y agilizar nuestra respuesta. Cuando salta una crisis desde que se activa hasta que llega a su destinatario pueden pasar dos o tres meses. La hambruna a veces no avisa con el espacio suficiente de tiempo. Con lo cual, la ventaja de estar en Las Palmas es que si mañana hay una hambruna en Níger tú puedes llegar con comida sin ningún problema. Y, claro, eso son vidas.

¿A cuánta gente ayuda el PMA?

En el mundo, el PMA alimenta a 90 millones de personas al año. Es decir, más del doble de la población española. Es una alimentación en momento de crisis. Yo siempre digo que la ayuda humanitaria es como la quimioterapia. Es algo que hay que intentar evitar, pero si no entras, el paciente se muere. Nosotros atendemos los casos críticos y en la fase de poscrisis. Luego hay otras agencias que trabajan a largo plazo.

¿Cuál es la situación actual en el África Occidental?

Lo que más preocupa en estos momentos es la zona de Níger y Malí que, aparte de conflicto, se le junta una situación mala en cuanto a cosechas y producción de alimentos. Nos encontramos con una zona de poco acceso, grave inseguridad y, al mismo tiempo, los conflictos rompen los ciclos productivos. Encima no está lloviendo todo lo que debería de llover. Esa es la zona ahora mismo de mayor atención en África del Oeste.

¿Qué programación tiene el centro logístico del puerto de La Luz?

La base de Las Palmas tiene dos patas. Está el depósito de respuesta humanitaria de Naciones Unidas, que maneja material de emergencia inmediata. Lo gestionamos para 51 organizaciones donde están la mayoría de agencias, ONG e incluso gobiernos como Italia o Irlanda. Es un esquema de respuesta con un producto de mayor valor añadido. Ahí tienes oficinas móviles, vehículos, mantas, kits de higiene, galletas energéticas para niños y fármacos. La otra pata es el tránsito y preposicionamiento del grano, que eso es un producto de menos valor añadido. Son grandes buques graneleros, que harían aquí escala, se desembarcaría el grano y luego se mandaría al África.

¿Además del gasto por servicios de empresas portuarias, la ubicación del PMA en la capital grancanaria traerá otras actividades extra?

El PMA trae a 51 socios, pasando por el Gobierno de Japón, Intermón Oxfam o cualquiera de las grandes agencias como Unicef, u OMS. En cuanto relevancia internacional ya está trayendo algo a Las Palmas. El PMA trabaja también con empresas. Nosotros contratamos servicios pero no sólo aquí. El PMA tiene proveedores de todo el mundo, pero, sin embargo, pocos son españoles. El PMA abre licitaciones a todo el planeta. Varias empresas canarias se han registrado en nuestro sistema y recibirán las licitaciones.

¿La crisis está afectando a la ayuda humanitaria?

Sí, claro. El problema de la ayuda humanitaria es que cuando hay crisis no sólo pierde fondos financieros sino que tienes más trabajo. La crisis que nos afecta tiene un asunto fundamental, que es la gran subida que han sufrido los alimentos. Su coste es mayor y se está haciendo un esfuerzo enorme por optimizar.

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