Las obras para completar el frente marítimo de Las Palmas de Gran Canaria en el tramo entre el Muelle Santa Catalina y la Base Naval ya muestran el perfil que tendrá la nueva zona de ocio de la ciudad cuando esté concluida en la primavera del próximo año. Los trabajos, que en sus primeras fases habían consistido en la realización de movimientos de tierras para generar una nueva distribución del espacio en superficie eliminando buena parte de los rellenos antrópicos presentes en la zona, ya han llegado a una crucial etapa.
Desde hace unos días están siendo instalados varios micropilotes en la zona más al norte del nuevo parque, junto a la histórica grúa Titán. En esta área, una serie de plataformas colocadas en voladizo permitirán a los visitantes disfrutar del espacio abierto y contemplar el movimiento de barcos en los muelles interiores del Puerto de La Luz.
Las plataformas tendrán en esta zona hasta cuatro metros de vuelo sobre el agua, lo que requiere de una cimentación profunda que permita asegurar la estructura anclándola a la base del terreno, en el que distintas catas han detectado la presencia de arenas y gravas contaminadas con fuel-oil al haber sido esta una zona de intensa actividad portuaria -sobre todo para varaderos- durante varias décadas, hasta que fue recuperada por la ciudad. Una vez colocados los micropilotes se ejecutará la losa de hormigón que conformará el esqueleto de las plataformas.
Estas estructuras en voladizo conforman una de las dos cotas en las que está distribuido el proyecto, junto a la que discurre a la misma altura que el paseo ya existente. La unión de las dos zonas se realizará a través de gradas construidas en hormigón. Estas escalinatas contarán con espíritu escenográfico y permitirán distintos usos, desde atalaya hasta escenario artístico.
El frente marítimo también contará con dos nuevas marquesinas de planta triangular, aunque todavía habrá que esperar unos meses para que puedan ser instaladas en el parque. Estas estructuras de aire monumental han sido diseñadas con aluminio estructural y se asemejan en su forma y materiales a las instaladas en el mercadillo de los encantes de Barcelona tras su reforma del año 2013. La primera de ellas tendrá 162 metros cuadrados y estará apoyada sobre cuatro pilares cilíndricos de aluminio. La segunda medirá 298 metros cuadrados y contará con otros cinco pilares de sujeción.
Otra de las principales características del frente marítimo es el jardín de especies botánicas del piso basal -esto es, el que se encuentra más cercano al mar- habituales en Canarias y con el que se quiere poner en valor la peculiaridad de la flora endémica de las islas. Habrá hasta 28 especies diferentes, entre las que destacan bejeques, verodes, cardones, balos o lechugas de mar.
Las plantas estarán distribuidas en dos zonas verdes: una muy cercana al mar, en las propias escolleras, y otra en el paseo marítimo, dividido a su vez en dos espacios ajardinados que cuentan con una superficie total conjunta de unos 300 metros cuadrados. Los ejemplares serán traídos del norte de la isla para evitar trasiego genético, según se especifica en la memoria que rige el proyecto.
La construcción del nuevo parque del frente marítimo se alargará a buen seguro hasta la primavera del año 2019, para cuando está prevista su apertura. Las obras, que cuentan con financiación procedente del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan), fueron adjudicadas el año pasado a una unión temporal de empresas compuesta por las constructoras Acciona y Lopesan y arrancaron a finales del mes de noviembre. La inversión de las dos fases que se encuentran actualmente en ejecución -la primera, la más cercana al Muelle Santa Catalina, fue inaugurada en el año 2016- supera los tres millones y medio de euros en conjunto.
