Canarias se mueve por mar a 38 nudos: en competencia por ofrecer trayectos más breves, las compañías navieras de las Islas invierten cada vez más en catamaranes o trimaranes. Incluso aquellas que han hecho de los ferris tradicionales su negocio principal apuestan por incorporar buques rápìdos a su operativa, por lo que en estos momentos conforman la mayoría de los comprados o encargados en Canarias. Aunque los barcos no ganen a los aviones en tiempo de desplazamiento, sí conectan directamente los centros urbanos y ahorran tiempos de embarque, por lo que la competencia entre los dos medios será cada vez mayor.
La naviera que más ha impulsado históricamente este tipo de embarcaciones es Fred. Olsen, que incorporó en 1999 a su flota los primeros fast ferris que navegaron en Canarias a la vez que comenzaba una retirada paulatina de las embarcaciones tradicionales. La compañía tiene en estos momentos en cartera tres buques pendientes de entregar. El primero de ellos tiene previsto llegar a las Islas antes de que acabe el 2018. Se trata del Leonora Christina, que en estos momentos aún presta un servicio de conexión marítima entre Suecia y Dinamarca. Cuando se incorpore a Fred. Olsen se convertirá en el mayor de su flota, con capacidad para 1.400 pasajeros y 357 automóviles.
Además de este coloso, Fred. Olsen encargó el año pasado dos trimaranes al astillero Austal por 126 millones de euros, aunque tardarán un poco más en llegar a las Islas que el Leonora Christina, ya que aún han de ser construidos. Los dos barcos recordarán en su aspecto al Benchijigua Express, creado también en las mismas instalaciones australianas. Será, eso sí, algo más pequeños, con unos 117 metros de eslora frente a los 126 con los que cuenta su hermano mayor, y podrán transportar a 1.100 pasajeros y 276 vehículos (en el caso del Benchijigua Express, 1.291 personas y 340 vehículos).
Naviera Armas también ha mostrado interés por reforzar su flota con embarcaciones rápidas. Las dos primeras unidades de este tipo incorporadas a su flota, el Alborán y el Volcán de Teno, realizan desde hace unos meses una de las principales apuestas comerciales de la compañía canaria, la nueva ruta rápida que une las dos capitales canarias, pero no son las únicas que forman parte de las previsiones de la empresa. El astillero Incat, que también construyó los dos primeros catamaranes de Armas, anunció en mayo del año pasado el encargo de Armas para construir por 74 millones de euros otro más de 109 metros de eslora.
La naviera canaria cuenta también con otros barcos en cartera, aunque en este caso sí que se trata de ferris tradicionales. Su recientemente participada Trasmediterránea está, de hecho, pendiente de los últimos detalles del astillero vigués Vulcano para recibir en fechas próximas su nuevo ferri, que será bautizado como Villa de Teror, aunque la compañía no ha confirmado si estará destinado a su ruta con las Islas o a los trayectos del Mediterráneo. Por último, el astillero Barreras, también de Vigo, anunció hace algunos meses que en junio entraría en vigor el contrato para otro ferri de Armas, aunque su presidente, José García, reconoció hace unas semanas al Faro de Vigo que aún habrá que esperar "algunos días".
