Dos menores de edad fueron detenidos ayer in fraganti dentro de una de las viviendas desalojadas tras el derrumbe de Paseo de Chil, después de que un vecino llamara al 112 para informar de que cuatro sujetos estaban accediendo a la vivienda por la azotea.

Fueron los agentes de la Policía Nacional quienes se comunicaron con Aridane Hernández, dueño de la casa ubicada en Ladera Cuyás, para informarle de que habían localizado a dos menores de edad robando en su vivienda y requerían su presencia para que les abriera la puerta principal.

De igual forma, los efectivos policiales le comunicaron a Hernández que los otros dos sujetos que estaban en su propiedad lograron huir. Tras realizar la denuncia pertinente, los menores de edad fueron pasados a disposición judicial.

Sobre las 15.45 horas de ayer Aridane Hernández, recibió la llamada y se trasladó a su casa donde se encontró con la puerta de la azotea rota y la vivienda revuelta. "Me destrozaron los muebles del salón y solo pude ver la habitación de mi hijo mayor, que estaba destruida", afirmó el afectado.

"Al entrar al dormitorio me derrumbé, porque estaba todo destrozado. La puerta de la azotea me la reventaron, incluyendo el candado y las cadenas que tenía puestas", aseguró Hernández.

"Contacté con el seguro de la casa, pero no me permiten que el cerrajero ingrese para arreglar la puerta. Llamé a la asistente social que nos asignaron y tampoco me da respuesta", denunció.

Asimismo, el afectado aseguró que el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, les prometió hace tres semanas que podrían acceder a sus casas para retirar sus pertenencias más valiosas. "El concejal nos engañó, nos dijo que íbamos a poder ingresar a nuestras casas para sacar nuestras pertenencias y nunca cumplió", manifestó el vecino.

El afectado reseñó que desde que se cayó el muro el 11 de abril, solo les permitieron entrar durante escasos minutos. "En dos oportunidades logramos entrar, pero fue tan corto el tiempo, que sólo alcancé a coger el uniforme del cole de mis hijos y muy poca ropa", aseguró Hernández.

Aridane Hernández residía, hasta que cayó el muro, en la vivienda junto a su esposa, dos hijos menores de edad y su suegra. El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria los alojó junto al resto de afectados en el Hotel Valencia de la capital grancanaria.

También reveló que, a pesar de presentar la denuncia, desconoce qué se robaron, ya que no le permitieron revisar su casa. "En un principio, cuando la persona llamó a la policía se creyó que eran okupas, hasta que los agentes llegaron. No conozco a ese vecino, pero gracias a ese señor no se llevaron todas nuestras cosas",afirmó.

En cuanto a la vigilancia, los vecinos también se sienten "defraudados", puesto que, desde el sábado, las viviendas no se encuentran custodiadas. "No hay nadie cuidando nuestras casas. Yo paso todos los días por ahí y están solas. Antes había dos coches patrulla, pero no sé si estaban vigilando las viviendas o el tráfico", resaltó el afectado.

Hernández destacó que, desde que ocurrió el robo, ha intentado comunicarse con el Ayuntamiento y nadie le da respuesta. "El primer día sí vinieron todos con Augusto Hidalgo, porque estaba la prensa, pero ahora nos abandonaron", sentenció.

Los vecinos de Aridane Hernández afirmaron que se encuentran "sumamente preocupados", ya que no les han permitido acceder a sus viviendas para saber si han sufrido robos.

Tal es el caso de Pascual Gabas, de 64 años, su madre de 85 años y su hermano de 62, propietarios de otra vivienda que también ha sido afectada por el derrumbe. "El concejal Doreste nos está mintiendo, nos dijo que el tema de la seguridad estaba controlado y era mentira", señaló Pascual.

"Yo debo coger mis gafas y el tensiómetro de mi madre, que están dentro de la casa y no me dan respuesta. Hice una compra grande y ya debe estar todo podrido", lamentó el vecino.

Elena Vázquez, de 55 años de edad, que comparte su vivienda con su hermana, ambas con una discapacidad, denunció que tampoco le han permitido retirar sus cosas de la vivienda. "No me dejan buscar mi respirador, por lo tanto no me puedo alejar del hotel, ya que me quedo sin aire. Tengo uno portátil que era el que usaba para salir, pero ahora debo cargarle la batería para utilizarlo mientras duermo", denunció Vázquez.

Los vecinos afectados por el derrumbe afirmaron que si no les proporcionan seguridad en las viviendas ellos accederán por su cuenta para custodiarlas, con o sin autorización del Ayuntamiento, del que reseñaron que ya han recibido amenazas sobre imponerles multas si lo hacen.