La víctima de una agresión sexual en el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2017 fue drogada con anfetaminas y benzodiazepinas, un tipo de ansiolítico, según las conclusiones del fiscal Pedro Gimeno al término de la vista contra Israel J. R. W. por haber agredido sexualmente supuestamente a una joven en una noche de mogollones. Los peritos certificaron en el juicio que la afectada tenía un alto contenido en sangre de estas sustancias en el momento en el que la examinaron. "Registramos un grado por encima de lo terapéutico", señaló la médico forense. "Cerca de la toxicidad", matizó finalmente Gimeno. El presunto autor de los hechos se enfrenta ahora a una pena de ocho años de prisión.

La víctima e Israel ya se conocían a través de una amistad en común. Aquella noche, la del 26 de febrero de hace dos años, se encontraron de manera casual en el parque Santa Catalina, ella iba con un grupo de amigas y él estaba con otro chico. En un momento dado, el acusado adquirió unas bebidas alcohólicas en uno de los chiringuitos y, posteriormente, ambos fueron hasta los aparcamientos exteriores del Centro Comercial El Muelle. "Fuimos a fumarnos unos cigarrillos de saque [una mezcla de tabaco, cocaína y hachís]", apuntó el presunto autor.

Este aseguró que la víctima le había comunicado a sus amigas que se iba con ellos. Mientras, ella indicó que las perdió de vista cuando iban a tomarse los mojitos. "Al subirme al coche perdí el conocimiento", apuntó ella en su testimonio. La víctima afirmó que no recuerda "absolutamente nada" de lo que ocurrió a partir de ese momento. Horas después se despertó desnuda en una casa que desconocía acostada junto al acusado, tal y como recalcó en la vista sin poder contener las lágrimas de impotencia al no saber qué ocurrió, "por más que piense, no sé qué pasó".

"Nunca, jamás quise tener relaciones con él", afirmó la chica. Según el acusado, ambos fueron hasta casa de su abuela. Una vez allí, continuaron consumiendo cocaína y cervezas para, posteriormente, ir a la cama. El joven aseguró en el juicio que "solo" le pasó los dedos por la zona exterior de la vagina, sin penetrar; "para calentarnos", matizó, sin llegar a mayores después.

El Ministerio Fiscal señaló en sus conclusiones que el acusado indicó en su primera declaración judicial que sí había penetrado la vagina de la joven con los dedos. En una segunda confesión "rectificó" y aseguró que el tocamiento fue solo superficial. Lo cierto es que la forense en su investigación encontró restos de ADN del acusado en el interior de los genitales de la víctima.

El hecho de que ella afirmara que se le calló el mojito al piso en la zona del aparcamiento, algo que corroboró el amigo del acusado, su amnesia y la somnolencia posterior que padeció en casa, hacen creer a peritos y fiscalía que los ansiolíticos para drogarla se los dieron con la bebida en uno de los chiringuitos de Santa Catalina. "Esa sensación nunca la había tenido, sé lo que es tener un colocón", señaló. Además, aseguró que nunca ha tomado ese tipo de medicamentos, un hecho que también negó a la forense en su reconocimiento. Por otro lado, la joven renunció a la indemnización de 10.000 euros que solicitaba el Ministerio Fiscal.