Eliminar los sopladores de hojas. Esta fue una de las ingeniosas propuestas que, ayer, los alumnos de 5ºB del CEIP Iberia llevaron a la sala de plenos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como parte de un proyecto destinado a respetar el medio ambiente y convertir a la capital en una ciudad sostenible. Iria, la autora de esta simpática idea, explicó al alcalde, Augusto Hidalgo, que estas máquinas que vemos por todas partes, sobre todo en parques y lugares públicos, producen contaminación, no solo acústica, sino también del aire que respiramos, ya que remueve el polvo y las pequeñas partículas que contiene quedan suspendidas en el aire, pudiendo producir un impacto negativo en la visibilidad y la respiración de las personas.

Otra de las interesantes propuestas fue la de Dácil que, para que fuera posible ver las estrellas desde la ciudad, planteó reducir la contaminación lumínica que produce la intensidad de las luces en algunas zonas. Óscar, por su parte, pidió al alcalde que habilitaran bicicletas comunitarias para niños, para que así los padres pudieran utilizar este medio de transporte para llevarles al colegio y que, además, se multara a todas aquellas personas que no se bajan de la bicicleta al cruzar por el paso de peatón. En cuanto a los plásticos, Haizea planteó que le gustaría que se llevara a cabo alguna medida para reducir el consumo de este material tan contaminante y evitar así que se formen los mares de plástico. La última proposición que quisieron presentar fue obra de Ling Long. Este alumno explicó que los chicles que se tiran en la calle son muy perjudiciales para el medio ambiente y para la salud, ya que cada goma contiene microorganismos de la persona que los mascó y, al desecharlos, todas estas bacterias se esparcen en el aire, a pesar de que el chicle quede pegado en el suelo. "Además, quitar los chicles (de la vía pública) cuesta mucho dinero", añadió el alcalde.

La iniciativa forma parte de un proyecto de sostenibilidad y concienciación sobre la importancia de respetar el medio ambiente, puesto en marcha por los alumnos de 5ºB del Colegio Iberia. Para ello, los niños se han dividido en diferentes grupos, designados con los nombres de las letras del alfabeto radiofónico alpha, bravo, charlie, delta, echo y foxtrot, y cada grupo ha escrito una carta con las distintas peticiones de cada miembro que, finalmente, enviaron a diferentes organismos. El grupo Bravo fue el encargado de mandar sus propuestas al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pero otro grupo como el Echo envió su carta a la Presidencia del Gobierno. El resto de destinatarios fueron Hiperdino, Mercadona, Ikea y el Ayuntamiento de Firgas.

Los profesores apoyan totalmente la iniciativa de los chicos y, además, ayudan a que se involucren más con la sostenibilidad enseñándoles, por ejemplo, a medir su huella ecológica. Así lo explicó José Claudio, tutor de la clase de 5ºB, al mismo tiempo que los niños comentaban cómo había sido la experiencia. Según ellos, escribir las cartas fue "súper divertido", aunque también disfrutaron mucho haciendo los dibujos que después plasmaron en un mural y entregaron a Augusto Hidalgo.

La directora del centro, Soraya Cruz, apuntó que a los niños les hizo mucha ilusión la respuesta del Ayuntamiento y la invitación para comentar las propuestas, al sentirse escuchados e involucrados en un asunto tan importante como es cuidar la ciudad y el medio ambiente. El alcalde, que en todo momento se mostró receptivo con los niños, escuchó muy atentamente todas las sugerencias y después resolvió todas las dudas que muchos de ellos tenían y que tuvieron la oportunidad de trasladarle. También se mostró muy sorprendido con la idea de los sopladores. "Todos los días se aprende algo", comentó, y se comprometió a hablar sobre ello con los servicios de limpieza. La ronda de preguntas se fue animando y, tanto los alumnos como Hidalgo, pusieron en común numerosas anécdotas que manifestaban lo necesario que es cuidar el entorno.

Además, Augusto Hidalgo quiso presentar el nuevo Consejo de la Infancia y la Adolescencia, una colaboración del consistorio con Unicef, en el que están representados todos los niños de la ciudad y en el que pueden presentar más propuestas, con total garantía de que serán escuchados y atendidos. "Que sean niños no quiere decir que no sea importante lo que dicen", quiso dejar claro el alcalde, después de quedar encantado con el compromiso de los niños con el medio ambiente.