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Crisis del coronavirus El avance a la fase 2 en las playas

Bautizo de mar tras el encierro

El primer día de playa en Las Canteras solo registra aglomeraciones en La Cícer durante la pleamar - Los negocios de la avenida comienzan a abrir y creen que el verano los salvará

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Desescalada en Canarias | Las Canteras vuelve a tener vida con la entrada en la fase 2

Quiso la meteorología que la fecha elegida para reabrir las playas grancanarias al baño coincidiera con un día casi perfecto para lanzarse a una actividad que antes era cotidiana y ahora entraña ciertos peligros si no se respetan las recomendaciones para evitar los contagios. Con el cielo despejado, temperatura de 24 grados, una ligera brisa y el mar casi en calma, a las diez de la mañana ya había decenas de personas en Las Canteras, con espacio de sobra en la arena porque estaba la marea baja.

En el primer turno, por así decirlo, predominaban los asiduos a la playa, los que van todos los días a nadar aunque esté lloviendo, así como personas de mediana edad que prefieren la tranquilidad de las primeras horas de sol, antes de la avalancha de los jóvenes a mediodía y de las familias con niños por la tarde. Hubo pocas personas mayores, más temerosas de recobrar las rutinas por ser la población de mayor riesgo ante el posible contagio de Covid-19.

La mascarilla, nueva pieza de vestir con alegres colores, se guardó en el bolso según se iban bajando los escalones hacia la arena. Muy pocos se la dejaron puesta, solo cuando entablaban conversación con algún conocido o para caminar por la orilla. Los fumadores tuvieron que subir a la avenida a encender sus pitillos, algo curioso y algo extravagante.

Los que acuden por primera vez a Las Canteras se pueden sorprender de que haya zonas abarrotadas, incluso donde hay más piedras y oleaje, como la Cícer o la Peña La Vieja, y otras con grandes espacios vacíos, como frente a la clínica San José. Ayer se mantuvo esa tradición.

Jorge Santiago, hamaquero de la caseta número 6, solo tenía tres o cuatro clientes a media tarde, con varios metros de separación entre las quince tumbonas que tenía desplegadas. "Para ser el primer día, no está mal, si viene más gente, sacaré más hamacas porque ya se ve que hay sitio de sobra, pero hay que tener en cuenta que es lunes y aún estamos en el mes de mayo, es más o menos lo que habría en un año normal", comentó.

A la misma hora, junto al puesto de la Cruz Roja en la Cícer, había que esquivar a decenas de personas para llegar al agua, pues es la zona de moda de los adolescentes y donde más se relajan las medidas de protección contra el coronavirus. Besos y abrazos entre los jóvenes tras meses sin verse.

La imagen de centenares de surferos durante la primeras horas que se les permitió entrar al agua no se ha vuelto a repetir, pero ayer también hubo más personas cogiendo olas de lo que es habitual en estas fechas del año, evidentemente aficionados de la propia isla.

Yuna Moon, propietario de California Surf, una tienda de material playero situada en la calle del mismo nombre del barrio de Guanarteme, también reabrió ayer su negocio. A mediodía todavía no había entrado ningún cliente, por lo que se estaba planeando cambiar los horarios y centrarse más en las tardes.

Duda que los establecimientos ligados a las olas recobren pronto la normalidad, pues en su caso la mayoría de sus clientes son jóvenes extranjeros que alquilan las tablas y el resto del equipamiento por varios días. "El surf siempre va a estar ahí, pero hasta que no empiecen a venir a los turistas no se va a reactivar nuestra economía", aseguró Moon, quien subrayó que los ingresos de su establecimiento dependen de las ventas y cursos privados de surf a personas procedentes de Europa y la Península, incluso americanos o australianos.

También volvió a abrir sus puertas El Ñoño, el popular sitio de comidas creado por el exfutbolista Antonio Rodríguez Bosmediano. Aunque ya está retirado del mundillo de la restauración y le ha trasladado a su hijo la responsabilidad sobre los famosos bocadillos de calamares, esta estrella de la mejor Unión Deportiva Las Palmas se dio garbeo por el local para saludar a los empleados y darles ánimos. "El verano nos va salvar, poco a poco iremos abriendo todos los locales y la playa recobrará el pulso, no tengo dudas", comentó Ñoño

Unos metros más allá, en la terraza The Block, su propietario, Matthias Berger, corroboró el buen inicio de la fase 2, pero reclamó un cambio en la norma de las terrazas para ampliar el aforo allí donde se pueda. "Aquí hay mucho espacio, pero solo podemos dejar entrar a 15 personas, lo incoherente es que luego haya 50 esperando en la cola", dijo.

El concejal de Playas, José Eduardo Ramírez, declaró que "la población, mayoritariamente, está colaborando de manera ejemplar", aunque el reto es el próximo fin de semana, cuando se espera que pueda haber mayor afluencia. "Estamos satisfechos, esperábamos que hubiese mucha gente, tal como pasó en los primeros días del deporte o del paseo con los niños, pero no ha sido así; por la mañana fue muy bien, y solo por la tarde en la Cícer, al subir la marea, la Cruz Roja y la Policía Local tuvieron que pedir a los bañistas para que se separaran o se trasladaran a otra zona de la playa donde estuvieran más cómodos, pero en ningún momento hubo sensación de que la gente estaba muy pegada", puntualizó.

El Ayuntamiento, apuntó Ramírez, ha incrementado la presencia policial y del dispositivo de la Cruz Roja para evitar que la gente se arriesgue a un contagio. De cara al fin de semana, anunció, "la idea es utilizar los drones de la Policía Local para volar sobre la playa y tener una información más precisa, para detectar los lugares donde haya más gente y pedirles que se ubiquen en otros lugares".

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