Con la reinauguración a finales de julio de un tramo del carril bici de la Avenida Marítima, tras una serie de obras de mejora, y el anuncio de la extensión de la red ciclista a Ciudad Alta, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha dado un nuevo impulso a este tipo de movilidad sostenible. La proliferación de las sendas rojas por la ciudad hace un año trajeron polémica entre algunos sectores reacios al proyecto, pero lo cierto es que el número de usuarios de este medio de transporte no ha parado de crecer. Es más, el pasado junio la Sítycleta, el sistema capitalino de alquiler público de bicicletas, alcanzó cifras superiores a las del mismo periodo de 2019 y tan solo ligeramente inferiores a las de los últimos meses previos a la pandemia de la Covid-19.
Según un informe elaborado por Sagulpa, la empresa municipal que gestiona este servicio público, durante el mes de junio la Sítycleta logró sumar 19.676 usos totales cuando en el mismo periodo del año anterior registró 17.165 usos, es decir, se ha producido un incremento del 14%. Estos datos reflejan el interés creciente de los vecinos de la capital grancanaria por este tipo de movilidad. De hecho, salvo en el transcurso de la cuarentena (marzo, abril y mayo), el resto del tiempo la estadística ha arrojado datos claramente positivos en el último año.
Los datos también han sido favorables en cuanto al número de personas que utilizaron este servicio durante el mes de junio. Con un total de 2.412 usuarios, se trata de la cifra más alta que registra la Sítycleta en dicho periodo de 30 días en sus poco más de dos años de vida -este sistema nació en abril de 2018 en sustitución del extinto ByBikeLPA-. En este caso, hace un año los técnicos contabilizaron 1.978 ciudadanos.
Lo cierto es que estos datos dentro de la vigente "nueva normalidad" contrastan con los que vivió este sistema durante la cuarentena y reflejan que la Sítycleta ha sido capaz de recuperar a buena parte de los usuarios que tenía en los meses previos a la declaración del estado de alarma. Aún así, siguen siendo inferiores a los que se registraron en invierno. El estudio señala cifras de crecimiento por encima del 30% de manera sostenida desde el pasado verano (incluso superiores al 35% durante el último trimestre de 2019), una racha que se vio interrumpida bajo la cuarentena.
Y es que el pasado marzo el sistema de alquiler de bicicletas perdió un 32% de usos con respecto al año pasado, cuando resulta que el estado de alarma no fue decretado hasta mitad de mes. En abril, ya bajo una estricta cuarentena, las cifras fueron demoledoras. Con una caída del 91% el servicio registró menos de 1.500 viajes (frente a los más de 15.600 del ejercicio anterior), y tan solo 211 personas alquilaron una bicicleta pública en las calles de la capital.
En mayo los datos también fueron negativos. En este caso, la Sítycleta cayó un 24% con respecto al mismo mes del año anterior. Durante el estado de alarma el Ayuntamiento ajustó el aforo y disponibilidad de este servicio a las directrices que lanzó el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, administración que por aquel entonces ostentaba el mando único. Se ofertaron unos servicios mínimos del 50%, los cuales se incrementaron al 75% en la fase 0 de la desescalada y, finalmente, el 100% de los vehículos volvieron a estar disponibles en la fase 1 a mediados de mayo.
El fin escalonado de las limitaciones en la movilidad y el de la reapertura de la actividad económica en la capital grancanaria han propiciado esta recuperación parcial del servicio. El aumento del paro, el teletrabajo aún vigente en numerosas empresas, la ausencia de actividad lectiva, el cero turístico y los trabajadores que todavía permanecen en ERTE son los motivos por los cuales el alquiler de bicicletas no ha retomado todo su potencial, aunque está ya muy cerca de sus máximos.
Este servicio municipal alcanzó el récord en cuanto al número de personas que lo utilizan se refiere el pasado mes de enero, cuando un total de 2.651 personas se subieron en al menos una ocasión a las bicicletas públicas de la capital grancanaria. Realmente, junio ha sido el cuarto mes con más usuarios de este sistema en toda su serie histórica. Es más, para ver cifras claramente inferiores habría que remontarse al verano del 2019.
No obstante, los datos en cuanto al número de usos se refiere no han sido tan buenos, a pesar de haberse producido una clara mejoría con respecto al desplome durante la cuarentena. En este sentido, quitando el trimestre en el que estuvo vigente el estado de alarma, habría que remontarse a agosto de 2019 para ver otro mes por debajo de los 20.000 desplazamientos.
Detrás de estos datos se encuentra el cero turístico. En junio del año pasado Sagulpa contabilizó un 6,1% de usos con un móvil extranjero, frente al 3,9% de ahora. Es decir, en términos globales, este servicio creció un 14% con respecto al mismo periodo de 2019 pese a la ausencia de visitantes.
Lo cierto es que el número de viajes de residentes en junio (18.941) es superior a los del pasado mes de diciembre y similar al de febrero, cuando existían los patrones de movilidad y hábitos de vida previos a la pandemia. El gran desfase en el conjunto de usos se debe a que en invierno llegan más turistas a la ciudad y hacen un mayor uso de la Sítycleta. Los extranjeros suponen más de un 13% durante la temporada alta (noviembre a marzo).
Al hacer un análisis en detalle del estudio de Sagulpa, se pueden sacar varias conclusiones para detectar por qué el servicio todavía no se ha repuesto del todo. Los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria utilizan mayormente la bicicleta pública en días laborables. En el mes de junio, casi 425 personas de media utilizaron este transporte entre semana, frente a las 385 en sábados, domingos y festivos (el día de San Juan tan solo lo usaron 294 viajeros).
Si a estos últimos datos añadimos que tanto en agosto de 2018 como en el de 2019 los técnicos registraron un menor número de viajes con respecto a julio, las cifras dan a entender que los capitalinos utilizan la Sítycleta en buena medida para ir al trabajo. Además de la caída en los usos con un móvil extranjero. Es decir, habría que esperar a una plena recuperación del mercado laboral y turístico para retomar plenamente la tendencia de crecimiento anterior a la pandemia.
Según fuentes de la concejalía Movilidad, que dirige José Eduardo Ramírez, señalan que en el mes de marzo estaban preparando una encuesta para saber cómo se mueven los capitalinos y saber cuántos coches, bicicletas o patinetas pasaban por determinadas calles. Dicho estudio tuvo que ser paralizado por la Covid-19 y desde el Ayuntamiento afirman que lo retomarán dentro de un año.
No obstante, el Consistorio pondrá en marcha a lo largo del mes de agosto dos contadores junto a los carriles bici de la plaza de La Feria y del Club Náutico a modo de experiencia piloto. "Si vemos que son fiables y que dan información precisa, se pondrán más en otros puntos de la ciudad", señalan desde la concejalía. El objetivo de estos será recopilar el número de bicicletas, patinetes y otros vehículos de movilidad personal que pasan por delante de los mismos de manera diaria.
Con todo, los hábitos de transporte en la capital grancanaria caminan hacia sendas más sostenible, con un incremento palpable de nuevos usos. El alcalde, Augusto Hidalgo, afirmó en la reinauguración del carril bici de Las Alcaravaneras que "la ciudad se va a convertir en todo un referente en España y en Europa en materia de movilidad". Es más, la idea del grupo de goierno es que de aquí a final de legislatura el municipio roce los 60 kilómetros de sendas rojas tras su futura expansión a vías de Ciudad Alta y Tamaraceite.
