Los cruceristas que quieran realizar un crucero por Canarias durante la próxima temporada tendrán que someterse a una prueba del coronavirus antes de emprender viaje al Archipiélago. Este es uno de los puntos del protocolo acordado por el Gobierno de Canarias y las autoridades portuarias de las Islas a partir de las propuestas de las propias navieras, que ya preparan paquetes turísticos de cara a finales de octubre o noviembre. Los consejeros de Obras Públicas y Sanidad del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis y Blas Trujillo, se reunieron ayer con los responsables de los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, Luis Ibarra y Carlos González, para cerrar flecos del documento y avanzar en la tramitación administrativa de estas escalas, que han de ser aprobadas por Madrid.
Ibarra y González se comprometieron a trasladar el protocolo a las navieras. Entre ellas solo hay compañías que operan con buques abanderados en países de la Unión Europea, para así garantizar el nivel de seguridad sanitaria. La alemana TUI, que navega bajo pabellón maltés, ha sido la primera en postularse, aunque AIDA -también germana, aunque navega con bandera italiana- y Thomson -la filial británica de TUI, también bajo bandera de Malta- también tienen interés, según señaló ayer Ibarra.
Además de las pruebas de diagnóstico del coronavirus -PCR o serológicas- en los países de origen, entre las principales medidas concretadas ayer por el Gobierno y las autoridades portuarias también se encuentra la obligación que tendrán las navieras de contratar un seguro específico que cubra todos los gastos de los cruceristas. Esta póliza sería más específica que la que el propio Ejecutivo autonómico ha firmado para los turistas que llegan a las Islas y deberá incluir la repatriación, los gastos médicos o el número de camas hospitalarias privadas que deben reservar las compañías con antelación a sus escalas.
Los cruceristas también deberán entregar una autoevaluación antes de aterrizar en Canarias. En un formulario con preguntas tipo test, tendrán que indicar si han tenido algún contacto cercano con alguien que presentara síntomas similares a los del Covid-19, enumerar los países que hayan visitado en las dos semanas previas e incluso señalar si han dado positivo en alguna prueba en los últimos días.
Las navieras deberán limitar la capacidad de los buques por debajo del 70% y tendrán que reforzar el personal dedicado a tareas sanitarias a bordo, además de aumentar los ciclos de limpieza. A diferencia de lo que ocurría hasta ahora, los tripulantes no podrán descender de los cruceros durante las escalas.
El protocolo avalado por el Gobierno de Canarias resulta clave para que la Administración central dé el visto bueno al retorno de los cruceros a Canarias. Estos buques están parados desde que el 14 de marzo entró en vigor el estado de alarma y el Gobierno decretó una prohibición general de sus escalas en todos los puertos españoles. "Es fundamental recuperar este tipo de turismo, porque es una actividad económica muy necesaria en estos momentos para el Archipiélago, señaló el consejero Franquis en declaraciones a los medios tras la reunión.
Ibarra, por su parte, estimó que los cruceros podrán volver a operar "en la segunda quincena de octubre o noviembre", aunque las compañías aún han de comenzar con su comercialización en los mercados emisores. Será, según apuntó el responsable de los Puertos de Las Palmas, en viajes que en principio moverán a unas 1.300 personas cada semana, aún lejos de los casi 70.000 que podían pasar por el muelle Santa Catalina a lo largo de un mes en la temporada alta de otros años.
