Compartimos estilos de vida. Es el título de uno de los programas que la Unión Europea tiene en marcha para fomentar la participación y la cooperación entre los jóvenes, pero también la realidad que se vivía ayer en el instituto La Minilla entre estudiantes alemanes y canarios de 4º de la ESO y de primero de Bachillerato durante su despedida tras unos días de intercambio. Una experiencia, que se celebra por quinto año consecutivo con los escolares del centro Goethe Gymnasium de la ciudad de Weinssefels, tras la buena acogida que ha tenido no sólo entre los escolares sino entre las familias. Piezas claves, según el director del centro Eloy Morales, para que el proyecto tenga éxito.

Francisco Asensio, padre de Francisco, ha acogido por unos días en su casa a Chris Schell. "La experiencia es muy buena. He trabajado en el Mar del Norte, Noruega y Canadá y aconsejo a mis hijos que viajen. Cuando estuvo en Weinssefels le dije que aprendiera y que se adaptara lo mejor posible", cuenta.

Francisco tomó nota y asegura que su "vocabulario de alemán" ha mejorado. Chris, por su parte, apenas habla español porque lleva seis meses estudiándolo, pero afirma con rotundidad que "repetiría" la experiencia.

Pablo Barroso, docente coordinador del proyecto, apunta que es un modo de que las "familias se integren en el centro". Mientras su colega alemán, Dirk Hoerning, que los chicos "avanzan en sus conocimientos de lengua" además de "ver en la práctica cómo viven otros europeos".