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El Círculo Mercantil entra en fase de liquidación tras 142 años de historia

Las deudas de la entidad ascienden a los 700.000 euros | La caída de socios y las malas relaciones con los vecinos lastraron su solvencia

Exterior del Círculo Mercantil, en la calle San Bernardo de la capital grancanaria, ayer. | Andrés Cruz

El Círculo Mercantil entra en fase de liquidación tras 142 años de historia. El Juzgado de Lo Mercantil número 1 de Las Palmas de Gran Canaria emitió un auto el pasado 5 de abril de 2021 mediante el que se acordaba el finiquito de la entidad, según publicó este jueves el Boletín Oficial del Estado (BOE). El último presidente de la sociedad, Iván Brito Medina, señaló ayer a este periódico que las «deudas del pasado» del club sociocultural ascienden a unos 700.000 euros; de hecho, llevaban en concurso de acreedores desde el año 2018.

La entidad, un histórico referente sociocultural en la capital grancanaria y en la Isla, llevaba en apuros económicos casi de manera ininterrumpida desde hacía una década. La caída paulatina de socios ante los cambios de hábitos y las malas relaciones con la comunidad de vecinos del edificio en el que se encuentran sus instalaciones de la calle San Bernardo estarían detrás de esta situación, indican las fuentes consultadas. El Círculo Mercantil fue fundado en 1879 de la mano de pequeños empresarios de la zona Triana y el viejo muelle de Las Palmas, en contraposición del Gabinete Literario, el cual tenía un público más elitista.

Brito Medina, quien afirma haber dimitido de su cargo al frente del Círculo, explica que tras un intento fallido por «reactivar» la actividad del club, «finalmente no se pudieron afrontar todas las deudas que habían del pasado». Lo cierto es que la página de Facebook de la entidad -carecen de página web propiamente dicha- no se actualiza desde noviembre de 2019 y el número de teléfono que allí figura no existe. Según las fuentes consultadas, Brito Medina lleva un tiempo viviendo fuera de las Islas, de tal manera que el Círculo ha estado a cargo de la vicepresidenta.

El presidente de la junta directiva en el anterior mandato, Francisco Pérez (2014-2018), indicó este viernes que fue entonces cuando decidieron meter a la histórica entidad en concurso de acreedores, «para intentar reconducir la situación». En 2017, momento en el que la Policía Local precintó la sede por las quejas de ruidos, el club adeudaba a la comunidad de vecinos 200.000 euros, cantidad que ha ido incrementándose con el paso del tiempo. Tenían entonces unos 500 socios.

Pérez señaló en aquel entonces a este periódico que el objetivo de la junta directiva para solventar sus deudas era alquiler los 12 locales que tienen en propiedad en los bajos del edificio donde tienen sede. Una operación que les habría permitido ingresar 12.000 euros mensuales de manera regular.

En la actualidad, la mitad de estos locales están cerrados; aunque cuentan con varias boutiques de ropa y una marca destaca de cosmética, entre otros. Además, la oferta de actividades en sus instalaciones se ha visto mermada, especialmente con las limitaciones de aforo impuestas por la Covid-19. No obstante, la entidad sigue ofreciendo clases de teatro, billar, entre otras opciones.

El Círculo tiene sede desde 1977 en el número 8 de la calle San Bernardo. Los bajos comerciales del edificio, distribuidos en su mayor parte en un pasaje que comunica con la calle Perdomo, y las dos primeras plantas son propiedad del Club -donde se ubican las instalaciones propiamente dicha-. Las otras siete plantas corresponden con viviendas particulares.

El conflicto con esta comunidad de vecinos viene de lejos. Tomás Ruano, presidente del Círculo Mercantil de 2010 a 2014, explicó este viernes que cuando comenzó al frente de la histórica entidad esta se encontraba en una «dura» situación económica con un saldo mensual negativo. «Nos vimos obligados a aplicar un ERE de reducción de jornada a la plantilla, eliminar gastos superfluos e impulsamos una serie de actividades para incrementar el número de socios», relata. Este último es uno de los grandes problemas con el que cuentan este tipo de sociedades nacidas en el siglo XIX, el envejecimiento de su clientela y la falta de relevo generacional.

Hacia final de mandato, Ruano solicitó un estudio para separar al club de la comunidad de vecinos e impugnaron la derrama que la misma había planteado para reformar las fachadas del edificio. «La directiva que siguió después no siguieron esto y sacó a la plantilla del ERE», indica, algo que a su juicio fue «un error». «Teníamos ya las cuentas prácticamente saneadas», subrayó, «y multiplicamos el número de socios, casi doblamos la cantidad con nuevas propuestas motivadoras».

Durante el mandato de Francisco Pérez el conflicto con los vecinos empeoró. El Ayuntamiento les abrió un expediente en 2016 a raíz de las quejas por los ruidos que generaban los bailes y eventos que se celebraban en el club. En 2017, durante una celebración de Indianos por Carnaval la Policía Local les precintó las instalaciones y unos meses antes no les dieron licencia para festejar la Navidad. La idea de entonces para sanear las cuentas -aquejadas por deudas tanto al bloque de propietarios como al Ayuntamiento en concepto de IBI- fue impugnar la derrama de la comunidad y volver a aplicar el ERE.

Además, también en ese mandato la directiva expulsó al vicepresidente primero y lo denunció ante la Fiscalía por hacer un uso indebido de 50.000 euros de la cuenta del Círculo para gastos no autorizados. «Pero fue la derrama de la comunidad lo que no pudimos afrontar y eso es lo que ha hundido al Círculo», apuntó tajante Francisco Pérez.

Una entidad social de distinguidos bailes y fiestas

El Círculo Mercantil nació en 1879 de la mano de una serie de pequeños y medianos empresarios de la zona Triana para proteger sus intereses, pero con el tiempo se convirtió en todo un referente social y cultural, explica Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria. Distinguidos bailes y fiestas caracterizaron a la entidad durante décadas, especialmente en fechas señaladas como Navidad o Carnaval, con encuentros multitudinarios y de renombre en noches como la de Reyes o Fin de Año que se celebraron con entusiasmo hasta la década 1980, momento en el que comenzó el declive de la entidad, señala Laforet. A finales del siglo XIX y principios del XX, el club fue una «sociedad puntera» desde donde se incentivó la construcción del palacio Militar del parque San Telmo, se debatió la división provincial de Canarias o cómo debía crecer el Puerto y hacia dónde deberían ir las relaciones comerciales con Inglaterra y el África colonial, indica el cronista. Pero si por algo destacó fue a través de la actividad cultural que aglutinó, con una biblioteca, obras de teatro, exposiciones de pintura, entre otros. | A. V.

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