El muelle de San Cristóbal y la playa de La Laja fueron los escenarios ayer de una nueva jornada de formación en rescate acuático para 48 bomberos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SIES) de la ciudad. Esta acción se lleva a cabo después de que hace unos meses, el Ayuntamiento capitalino adquiriera unos nuevos trajes EPI para desempeñar este tipo de trabajos en mar, mucho más resistentes al frío y a los golpes que puede dar la marea, y que facilitarán la labor de los efectivos en su principal misión: salvar la vida de personas en apuros.
Durante las últimas dos semanas, el entorno acuático ha sido la oficina de los bomberos de los parques zonales de Vegueta y La Isleta, los encargados de cubrir emergencias en la costa capitalina por ser los más próximos. Primero, practicaron en las piscinas del Club Natación Metropole para conocer más de cerca el EPI y el resto del nuevo material que emplearán en estos rescates, para a lo largo de esta semana desplazarse hacia mar abierto en donde entrenaron en simulacros con unas condiciones más próximas a la realidad. De hecho, las potentes olas que hubo ayer en el litoral sur de la ciudad fueron un auténtico reto y una fuente de aprendizaje enorme para los funcionarios, que en la mayoría de casos se enfrentaran a este tipo de situaciones donde es más difícil que socorristas o los propios vecinos acudan en auxilio de alguien que esté en apuros.
En estas sesiones más prácticas, se simularon dos situaciones en alta mar que podrían darse en este tipo de rescates en medio acuático. Por un lado, se imitó un escenario en el que la persona en problemas se ha quedado enredada a merced de la marea, impidiendo su movimiento, para que el bombero hiciera uso de su cortacabos para romper las ataduras. Por el otro, se realizó otro simulacro en el que quien quedaba atrapado por culpa del chaleco era el rescatador, que tenía que zafarse de él para poder seguir nadando, pese a que las circunstancias no le fueran favorables.
Ya en el muelle de San Cristóbal, practicaron el uso de las nuevas bolsas de rescate individuales y colectivas -otros de los elementos adquiridos por el Consistorio capitalino- como método de arrastre de compañeros a los que, por la peligrosidad de la rompiente, no pudiera acercarse la zódiac. Asimismo, se llevaron a cabo traslados de personas rescatadas, nado ofensivo, de espaldas y horizontal y golpes de riñón. Finalmente, en la playa de La Laja se trabajó en zona de rompiente para rescatar a quien se encuentre en apuros entrando desde tierra.
Una actividad «esencial»
Fernando Naranjo, uno de los instructores de la formación y cabo del SIES capitalino, explicó cuáles son las características del neopreno de última generación del que disponen desde hace alrededor de un año los bomberos de la capital. Se trata de «un chaleco para rescatadores, el cual te da una gran flotabilidad, pero al mismo tiempo te permite sumergirte en el agua, hacer maniobras que no son posibles con otro tipo de chalecos, que son para estar más en superficie flotando». Además, protege del frío y de los golpes del mar y disponen de anclajes y de unas aletas que facilitan el impulso en el agua, lo que se suma a las bolsas de rescate, de entre 15 y 20 metros las individuales y de entre 20 y 30 metros las colectivas. «Hemos adquirido el mejor material que hay en el mercado y lo hemos llevado a la práctica», sostuvo.
En palabras de Rosa Rodríguez, jefa del Cuerpo de Bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, este tipo de formación es «esencial» porque redunda positivamente tanto en la seguridad de los propios efectivos del SIES como en la ciudadanía en su conjunto. «Lo que se intenta es formar y preparar al bombero en todas aquellas situaciones de emergencia que nos podamos encontrar», agregó Rodríguez, quien destacó que todo el programa formativo que se desarrolla anualmente busca llegar «si no al 100% de la plantilla, al menos al 90%». Y es que, además de este curso de rescate acuático, también se impartirán próximamente otros de rescate en altura o de excarcelación, con el objetivo de «renovar y actualizar conocimientos de forma metódica todos los años».
«La formación es esencial para los propios efectivos y para la ciudadanía», asegura Rodríguez.
Y es que el Cuerpo tiene que realizar rescates en numerosas situaciones diferentes como las excarcelaciones en accidentes de tráfico o en altura, y quizás la ciudadanía desconoce más la faceta del auxilio en medio acuático, que en una ciudad costera como es la capital grancanaria, es un servicio muy demandado e importante. «Es cierto que las playas tienen al personal de Cruz Roja y están preparados para ello, pero cubren un horario determinado, y a partir de esa hora, si hay una emergencia nos van a llamar a nosotros», puntualizó Rodríguez en este sentido. En su opinión, «el bombero va a actuar siempre en las situaciones más complicadas», lo que viene a reforzar la necesidad de que esté bien preparado para enfrentarse a todo ello.
En la sesión práctica de ayer en San Cristóbal y La Laja estuvieron también presentes los concejales capitalinos de Seguridad y Emergencias, Josué Íñiguez, y de Administración Pública, Recursos Humanos, Innovación Tecnológica y Deportes, Mario Regidor, quienes coincidieron en poner en valor el esfuerzo que se está llevando a cabo desde el Consistorio para formar a los profesionales del SIES de la mejor manera posible. Íñiguez destacó que en los rescates acuáticos «los pequeños detalles significan salvar una vida o no», por lo que se le antoja «fundamental» el estar completamente formado y «repetir, repetir y repetir» este tipo de ejercicios para estar preparados de cara a la realidad.
Se practicaron varios simulacros tanto en la playa de La Laja como en el muelle de San Cristóbal.
Además, el edil hizo hincapié en la estrategia de mejora del Cuerpo de Bomberos que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de la ciudad, a través de la que se pondrá en marcha la convocatoria de 31 plazas para el SIES, así como una promoción interna para haya nuevos mandos. A esto se suma la inversión material, como los recientes más de 270.000 euros para obras en el parque central de Miller Bajo, o la otra partida destinada la semana pasada al zonal de Vegueta y Cono Sur.
Por su parte, Mario Regidor admitió que, si bien este tipo de actividades formativas para los bombeos son «bastante caras», el resultado para la ciudadanía es tan positivo que desde su Concejalía «no se escatima para nada en el tema de gastos, porque es esencial». Además, su departamento también será el encargado de abrir la convocatoria de las nuevas plazas para el Servicio, así como arrancar la promoción interna, y matizó que estas formaciones les ayudarán en esas oposiciones.
Formación para los funcionarios municipales
Desde el área de Recursos Humanos de la capital grancanaria se llevan a cabo numerosas acciones formativas encaminadas a mejorar la preparación que tienen los funcionarios públicos municipales y, de paso, su atención a las necesidades de la ciudadanía. En ese sentido, el concejal, Mario Regidor, explicó ayer que la plantilla siempre demanda estas formaciones porque «siempre tratan de superar las expectativas», algo que le parece fantástico, puesto que «esas ganas de reciclaje que tiene el empleado público redundan en beneficio de la ciudadanía». Es por este motivo, agregó, que uno de sus combates más intensos se produce cuando el año en curso va llegando a su fin y toca trabajar en los presupuestos de cara al que viene. «Siempre tratamos de incrementar la partida de formación dentro de las cuentas de Recursos Humanos», reconoció, ya que entiende que, ante las ganas de aprender que muestran muchos de los trabajadores municipales, «es justo que desde el Ayuntamiento tratemos de recompensar eso también». | C. Afonso
