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Un bronce para quitarse complejos

Daniel Pérez logra el tercer puesto en un concurso internacional de FP en el área de mecatrónica

Daniel Pérez con la maqueta que le hizo ser subcampeón en el certamen nacional, en el IES Tony Gallardo donde estudió. | | JOSÉ CARLOS GUERRA

Con humildad y trabajo duro se puede llegar muy alto. Bien lo sabe Daniel Pérez Gómez, que a sus 21 años tiene una mochila cargada de experiencias de éxito a sus espaldas, demostrando que en Canarias se pueden hacer bien las cosas siempre que se sacudan los complejos y se tenga clara la meta: aprender. Este joven estudiante de Ingeniería Electrónica, Industrial y Automática en la ULPGC ha logrado colgarse la medalla de bronce en el certamen internacional WorldSkills, que premia a los mejores del mundo en distintas disciplinas de Formación Profesional. Él logró el tercer puesto representando a España en la rama de la Mecatrónica, solo por detrás de Suiza y Taiwán. Todo un logro con el que busca sentar cátedra y hacer ver que todo es posible, también para los isleños.

Sentado en la butaca, mira nervioso alrededor y mueve las manos para entrar en confianza, pero al hablar, sus explicaciones son claras y denota tener claro qué quiere transmitir. «Sobre todo en la fase nacional, nosotros íbamos con ese complejo de inferioridad de no poder ser mejores que gente de la Península, que no es algo que digamos o pensemos, sino que está en el subconsciente», rememora desde el aula del IES Tony Gallardo, en La Isleta, en la que comenzó sus estudios de FP en un ciclo medio de Mantenimiento Electromecánico. Sin embargo, pronto saltó por los aires ese pensamiento negativo. El primer día, él y su compañero Jorge fueron los mejores. Llegar y besar el santo. Luego se mantuvieron las otras dos jornadas para terminar segundos, solo superados por Castilla y León: «Es muy bonito eso de llegar, plantarte allí y decir que nosotros también somos muy buenos», reconoce.

Y algo parecido le ocurrió cuando le seleccionaron para representar a España en la rama internacional del certamen. Tras lograr el segundo puesto, el Ministerio de Educación propuso a la pareja de Castilla y León el acudir a la WorldSkills, pero uno de ellos rechazó ir, así que preguntaron a Daniel y Jorge si se animarían. Como el segundo estaba trabajando, a Daniel le tocó asumir el reto acompañando al castellanoleonés. Pero un mes y medio antes de la prueba, que se celebró online debido a la pandemia cuando realmente iba a desarrollarse físicamente en Shanghai, este compañero se retiró y dejó la responsabilidad sobre los hombros del canario, que no dudó ni un segundo. «Hay que hacer las cosas el doble de rápido, ese es el problema, pero tuve la suerte de que me fue bien», explica. Y tanto que le fue bien, puesto que él solo logró enfrentarse a 24 parejas de todo el mundo y se alzó con un bronce que sabe a oro. Sobre todo porque al igual que los canarios en competiciones nacionales, los españoles a nivel mundial también tienen sus complejos.

No obstante, Pérez le quita hierro al asunto: «Si somos buenos técnicos, si la educación es buena se puede llegar al máximo nivel mundial, competir cara a cara con cualquier persona del mundo, y al final en el Mundial gané a gente de Corea, China, Japón, tan grandes a nivel industrial».

Su misión para alzarse con este reconocimiento internacional no fue nada sencilla. Al hacerse online, tuvo que enfrentarse a una especie de examen teórico-práctico que constaba de dos pruebas. En la primera de ellas tenía que arreglar los problemas de un circuito electromecánico simulado que no funcionaba, y luego responder a un test de preguntas relacionadas con esta problemática. La segunda, por su parte, consistía en programar una estación simulada, un pequeño proceso industrial, y unirla al ordenador, respondiendo luego a otro cuestionario.

En opinión del joven, natural de Teror, la importancia de estas competiciones reside en que ayudan a visibilizar «el papel que juega la Formación Profesional» en la sociedad. «Al final es igual de válido el conocimiento que adquieres en la Universidad que el que adquieres en la FP, cada una encaminada a un aspecto concreto», añade. Y es que cada vez se derriban más murallas alrededor de este modo de estudio y se le da un mayor valor entre las administraciones. Mucho antes, fueron las propias empresas las que demandaron este tipo de educación en la que se adquirían destrezas de forma más rápida, práctica y en constante diálogo con lo que requería cada uno de los sectores. Hoy en día, lejos de ser el denostado camino que seguían los que no servían para estudiar, la FP se ha convertido en opción preferida para muchísima gente.

Daniel Pérez tiene claro que se tiene que animar a quienes no tienen muy claro hacer una carrera y «ponerles la opción sobre la mesa de hacer una FP, porque se aprende mucho, cosas que te gustan y se aprenden directamente con las manos». Para reforzar su idea, pone un ejemplo cristalino: Austria ha potenciado desde hace décadas la educación universitaria, por lo que cuenta con abundancia de ingenieros, pero adolece de técnicos, por lo que termina importando a jóvenes formados en otros países europeos para que puedan trabajar en las fábricas, donde el conocimiento de los universitarios no tiene tanta cabida.

Además de este bronce mundial, este joven también ha conseguido otro gran logro en su corta edad. Con el IES de Guía, donde cursó un grado superior de Automatización y Robótica Industrial, participó en otro certamen nacional, el de Prototipos de Siemens. En él, su equipo quedó en segundo lugar después de montar una maqueta que tenía que potenciar la digitalización y originalidad para solventar un problema cotidiano. Según él, en este concurso hacía más de 15 años que Canarias no jugaba un buen papel.

¿Y cuál es el futuro que le espera a este talento de la ingeniería? Con esa sencillez de la que hace gala, pero con la garra que le ha hecho imponerse en tantas competiciones, quiere consagrar su vida a ayudar a los demás mediante la investigación y el desarrollo de prototipos que beneficien al conjunto de la sociedad y «devolverle parte de lo que me ha dado con mi educación». Tampoco descarta el seguir trabajando para la industria con una empresa de origen alemán con la que ha realizado prácticas dos veranos seguidos. Al final, sea lo uno o lo otro, o si llega a cumplir su sueño de trabajar en la Agencia Espacial Europea, Daniel contribuirá a hacer del mundo un lugar mejor.

Una opción ‘in crescendo’

La Formación Profesional ya no es la prima fea que nadie quiere coger. Cada vez más gente se decanta por esta opción de educación y las administraciones están apostando en sus presupuestos y programas formativos por ella. Según Daniel Pérez, desde que él comenzara a cursar su ciclo medio en el IES Tony Gallardo de la capital grancanaria, se ha notado un incremento constante de las partidas destinadas a la FP, que han llegado a las aulas en forma de más herramientas y métodos de aprendizaje más completos para el alumnado. «Necesita innovación todos los años, hace falta inversión, que la Consejería hable con cada instituto, y quizás hace falta formar al profesorado con vocación, que es también muy importante, y que yo tuve la suerte de que casi todos mis profesores tenían esa vocación que conseguían transmitirnos», destaca el joven. Solo así se conseguirá llegar al nivel en el que se encuentran otras regiones españolas, como Castilla y León, que lleva años con una apuesta decidida, «y por eso son tan buenos». De hecho, pone como ejemplo, «son como China en las Olimpiadas, que se llevan todos los metales». Las Islas también pueden ser un ejemplo en muchas ramas laborales que tienen una especial impronta en la región, como ya ha pasado con algunas carreras universitarias. Todo es ponerse a ello con empeño e ilusión. | C. A. S.

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