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Del daguerrotipo a la fotografía digital

Teo Mesa inaugura en el Centro Cultural CICCA la exposición 'Historia y actualidad de la fotografía en Canarias' que busca poner en valor la creatividad de sus autores

Una visitante observando las fotografías de la exposición 'Historia y actualidad de la fotografía en Canarias' LP/DLP

Desde 1839, cuando Daguerre presentó en París la primera máquina para capturar imágenes, la fotografía ha permitido recoger los momentos históricos más relevantes en forma de elementos gráficos para el recuerdo. Teo Mesa presenta la exposición ‘Historia y actualidad de la fotografía en Canarias’ en el Centro Cultural CICCA hasta el 28 de abril, que quiere reivindicar el valor artísico de los fotógrafos de la isla.

La fotografía llegó a Gran Canaria entre 1845 y 1847 y desde entonces han sido muchas las técnicas que se han utilizado pero una cosa permanece inalterable, el afán por buscar un enfoque creativo de artistas que "muchas veces no han sido considerados como tales". Así lo aseguró Teo Mesa, comisario de la exposición 'Historia y actualidad de la fotografía en Canarias' que se podrá visitar en el Centro Cultural CICCA hasta el 28 de abril. A finales de este mes el profesor y artista publicará también un libro con el mismo nombre que hará un recorrido histórico desde los comienzos de la disciplina en la isla hasta los trabajos digitales más recientes. 

La Sala Manolo Millares / Elvireta Escobio acoge, junto a fotografías analógicas y otras de artistas actuales, los primeros daguerrotipos que se conocen en Gran Canaria. "Tanto en unos como en otros coinciden la técnica y la creatividad. Lógicamente la técnica ha evolucionado, pero más allá de eso no hay diferencias. Hay artistas creativos, solo", destacó el profesor. 

"En muchas de las fotos más antiguas no era simplemente llegar al estudio y hacerla tipo minutera. En un estudio se hace una evaluación de las luces, de los modelos y de las distancias. Se estudian los valores que pueda sacar el disparo en el momento en el que se va a fotografiar y, luego, la técnica a emplear y los elementos a reproducir", comentó el autor.

"Cuando las obras se presentan al público ya no pertenecen al autor sino a todo el que está mirando y dialogando con la obra", comentó el comisario de arte

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En 1839 Daguerre presentó por primera vez en París un invento que abrió la posibilidad de capturar momentos de la realidad en forma de imágenes. Apenas cinco o seis años después, pese a que no se recoge una fecha exacta, el daguerrotipo llegó a las costas canarias de la mano de extranjeros que, en su afán por buscar los paisajes exóticos de América, descansaban uno o dos días en las islas para abastecerse. Muchos se quedaron, ensimismados por la luz, la tierra y los rasgos humanos que encontraron. Mesa explicó que "había una población rústica muy original comparada con su París o su Inglaterra".

En sus primeros años solo practicaban la fotografía las personas más adineradas de la isla, que lo tenían como un hobby para divertirse. "Vinieron más adelante muchos peninsulares a dar cursos, a hacer fotografías y a montar sus propios gabinetes", explicó el profesor. Las clases más pudientes eran las que contaban con dinero suficiente para asistir a los cursos y adquirir después los aparatos y los accesorios que se lanzaban al mercado.

Teo Mesa, comisario de arte, presentando la muestra en el Centro Cultural CICCA LP/DLP

Poco a poco fueron embarcando en la isla las novedades del sector, como el paso de los daguerrotipos del cristal al papel y al metal o las fotografías estereoscópicas, que con un doble objetivo capturaban una imagen doble. Al comienzo de la exposición se pueden observar clichés de cristal de imágenes de principios del siglo XX que "son elementos de un alto valor histórico", añadió el comisario de arte. Las fotografías muestran una cara de la ciudad con rasgos que hoy ya no podemos ver en sus calles.

"En los inicios se hacían muchas fotografías de postales en Canarias. La hoja de correo abierta era la postal que no llevaba sobre y esto causó una auténtica revolución porque era muy barata. El sello costaba muy poco, se remitía la fotografía en la postal y tenía muy poco texto", indicó el profesor sobre los comienzos de estas imágenes. Afirmó que, en la actualidad, "es curioso cómo, existiendo WhatsApp, el correo electrónico y otras formas de comunicarse, todavía puedas conservar las postales. Han sido, sobre todo, un bastión de imágenes para el recuerdo y para los coleccionistas".

Teo Mesa creó para la exposición y el libro un listado con los fotógrafos profesionales de cada municipio y los ambulantes, aquellos que iban a las fiestas y eventos más importantes para fotografiarlos. Junto a ellos se recogen todas las agrupaciones fotográficas de la isla. Los gabinetes del sector comenzaron a crearse al poco tiempo de la llegada del daguerrotipo, en la década de 1850. El artista aseguró que "en los años sesenta y setenta había una ristra de gabinetes fotográficos por todos lados".

Destaca el estudio que creó el canario Francisco Rojas Fariña, del que se incluyen algunas obras en la exposición. Tuvieron una gran influencia, a su vez, los que crearon los extranjeros que se instalaron en Gran Canaria como Fotoalemana o Metropolo, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

La fotografía a pie de calle

Los gabinetes competían a principios del siglo XX con las minuteras, que eran una forma más rápida y barata de sacar fotografías en la calle. Las imágenes se hacían con luz natural y no tenían la misma calidad pero eran una alternativa viable para las familias que no se podían permitir acceder a un estudio. En la sala se recoge una de estas máquinas que comparte rasgos con las primeras que se presentaron en las islas pero que sigue siendo utilizada por un fotógrafo actual al que le gusta capturar este tipo de imágenes.

Dos visitantes leyendo el listado de los fotógrafos y agrupaciones de la isla en la sala Manolo Millares / Elvireta Escobio LP/DLP

Todo ello contribuyó a que salieran de las islas algunos de los fotógrafos más influyentes del país. Entre ellos estaba Luis Ojeda Pérez, cuyo trabajo en Gran Canaria le dio tal reconocimiento que incluso le contrató la monarca Isabel II de España para ir a Madrid a sacar unas fotografías de toda la corte. De hecho, llegó a poner en sus tarjetas que era "fotógrafo de la Corte Real y Gracia".

La exposición del CICCA continúa con una muestra de imágenes analógicas, entre las que destacan las obras de Rojas Fariñas "que es un fotógrafo muy importante tanto al reflejar a la etnia social canaria como al realizar fotos de arte", subrayó Mesa. En esta fase se incluyen otras piezas creadas por Ildefonso Bello, quien fue presidente de la Agrupación Fotográfica de Gran Canaria cuando se inauguró en 1976 y fundó el Grupo Fotográfico San Borondón, el cual acumula 25 años de actividad ininterrumpida.

Cada uno de los artistas de la exposición "expresa lo que siente en la fotografía y su estado emocional queda impregnado en la imagen", explicó Mesa

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La muestra recoge también algunas fotografías tomadas en los últimos años tanto por profesionales como por otras personas que complementan la toma de imágenes artísticas con otros trabajos. Entre las obras se puede observar desde la ciudad bajo un punto de vista arquitectónico, pasando por imágenes astronómicas hasta otros autores que reflejan a través de su lente la expresión del cuerpo humano.

"Ya lo digital se está imponiendo precisamente por la gran calidad que tiene y porque es mucho más barato aunque te cueste más la cámara", explicó Mesa. Añadió que "a la larga no es como antes que hacías una foto y si era acertada fantástico pero el positivado y el papel también costaba dinero. Hoy en día no, con el ordenador ya ves si la foto la puedes retocar y si tiene calidad. Casi todas las empresas de fotografía analógica y de revelador tuvieron que claudicar porque no podían competir con esto. Ahora estamos con el digital y a ver dónde acabamos todavía".

En el centro de la sala destaca una cita del libro de Teo Mesa que trata de poner en valor esta profesión como una forma de expresión artística. "Frente a la pintura, la escultura y las otras formas de arte tradicionales, a la fotografía siempre se le ha restado valor con el argumento de que eso lo hace una máquina pero para captar una foto bien hecha debe haber un artista detrás que tome la imagen con un sentido personal", defendió el comisario de arte.

"Todos los artistas cuyas obras se muestran en esta exposición tienen una forma de entender el arte muy distinta. Cada uno expresa lo que siente en la fotografía y su estado emocional queda impregnado en la imagen una vez impresa", explicó el profesor. "Cuando las obras se presentan al público ya no pertenecen al autor, pertenecen a todo el que está mirando y dialogando con la obra".

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