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El proyecto Sabios Guías Intérpretes busca que la sabiduría popular luche contra el olvido

La Fundación Lidia García impulsa en distintos barrios de Las Palmas de Gran Canaria rutas en las que personas mayores enseñan a distintos colectivos rincones y secretos de su entorno

Una de las rutas de Sabios Guías Intérpretes por el municipio de Agüimes Cedida por la Fundación Lidia García

Las calles de Schamann, La Isleta, Tenoya, San Lorenzo o San José están plagadas de historias ocultas, de un acervo cultural que muchas veces queda en el olvido, en las mentes de personas que fallecen sin haber transmitido su conocimiento. La Fundación Canaria Lidia García, a través del proyecto Sabios Guías Intérpretes, impulsa espacios para recuperar esa sabiduría popular y darla a conocer entre las nuevas generaciones. 

Luchar contra el olvido y recuperar las historias de nuestras personas mayores, que muchas veces quedan en el ámbito familiar, para darlas a conocer al conjunto de la sociedad. Esos son los objetivos que se ha marcado la Fundación Canaria Lidia García con su programa Sabios Guías Intérpretes en distintos barrios de Las Palmas de Gran Canaria. De esta forma, se crean espacios de recopilación y encuentro para contar esos relatos y evitar que se pierdan con el paso del tiempo. Y lo hacen a través de rutas por los rincones más emblemáticos del entorno más cercano de quienes participan en el proyecto. 

En una primera guía municipal de los sabios, personas mayores de Schamann, La Isleta, San Lorenzo, San José y Tenoya mostraron a diversos grupos de estudiantes y colectivos los valores que están arraigados en las calles de estos barrios de la ciudad, algunos con una historia de varias centurias tras de sí. Sus recuerdos sirven a las nuevas generaciones para descubrir cosas que no conocían de los lugares por los que suelen transitar y para valorar mucho más su entorno. 

«El éxito está en que destacamos la sabiduría popular y la ponemos al alcance de todos», sostiene Martín

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Desde el «oasis» en medio de la ciudad que es San Lorenzo -según las palabras de uno de sus sabios, Antonio Cardona- a la historia entre miradores de Schamann, las personas que se apuntan a una de las rutas de los Sabios Guías Intérpretes siempre terminan conectando con ellos muy rápido. «Se ha convertido en un recurso educativo y cultural de gran valor», explica la coordinadora de la Fundación, Guacimara Martín. Conocer los secretos del antiguo camino real hacia Gáldar, cuya empedrada senda está bien conservada a su paso por la localidad de Tenoya, es también una de las propuestas de esta guía municipal, así como averiguar qué conexiones existen en San José con la población británica de la Isla. Finalmente, un recorrido por la ciudad abierta al mar, en La Isleta, les llevará a percibir cómo ha evolucionado el barrio portuario en sus décadas de historia.

Según Guacimara Martín, le dan «mucha importancia» a las labores de comunicación de lo que hacen con estas personas sabias a cuantas más personas mejor. La meta es clara: «dar a conocer la importancia que tienen nuestros mayores y el valor de sus testimonios». Todo ello con la inestimable participación de los colectivos que se interesan por el proyecto y les piden participar de él. Para ello, además de promover las actividades que desempeñan en redes sociales, también generan contenido audiovisual para la difusión y promoción, con las vivencias de la gente que va a las rutas y de los propios sabios guías intérpretes que les acercan sus conocimientos del entorno.

«Ponemos en valor el rescate de ese acervo cultural, que todo quede recogido para que no se pierda, todos esos testimonios, esas vivencias, fotografías antiguas...», detalla la coordinadora de la Fundación, que cuenta con expertos en Geografía e Historia para contrastar todos los detalles que les acercan sus sabios guías intérpretes.

La Ruta del Agua empezó todo

Y es que ellos han tenido mucho que decir en todo este proceso. El proyecto nació hace tres lustros, en 2007, cuando se comenzó a formar a las personas mayores en los pueblos de la isla para que pudieran dar a conocer entre las nuevas generaciones sus vivencias. El municipio de Arucas fue el primero en iniciar la dinamización de su territorio a través de esta iniciativa en 2011, con una Ruta del Agua desde el barranco de las Madres, en Valsendero, hasta la sede de la Heredad de Aguas. Desde entonces, mucho ha avanzado la Fundación, y ya han llegado a realizar dos guías regionales, tener presencia en cada una de las islas del Archipiélago, confeccionar una insular de Gran Canaria y llegar hasta la capital con cinco rutas distintas. «El éxito está en que destacamos las pequeñas cosas de los pueblos, la sabiduría popular, y la ponemos al alcance de todos», señala Martín. 

Schamann, La Isleta, San José, San Lorenzo y Tenoya son los primeros núcleos a los que llegó el proyecto

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Y el triunfo de la iniciativa también se basa en la buena acogida que ha tenido en cada pueblo al que ha tratado de llegar. Las personas nativas de los mismos se han volcado en la búsqueda de perfiles que se pudieran ajustar al programa y muchos mayores no dudaron en convertirse en sabios guías intérpretes, porque entienden que es una bonita forma de evitar que se pierda la genuina historia de sus pagos. De hecho, son muchos sabios y sabias por toda la geografía canaria, gente comprometida con los valores que les unen y que quieren exponerlos. A todos ellos, se les da un reconocimiento desde la Fundación por haber querido ser partícipe del mismo. 

A Las Palmas de Gran Canaria, los Sabios Guías Intérpretes llegaron en 2019, gracias al área de Participación Ciudadana, a la que se acercaron desde la Fundación Lidia García para hacerles ver que el proyecto podría ser una interesante herramienta para dar a conocer los barrios de la capital. Así, surgió la primera guía municipal, que están seguros que crecerá en el futuro con nuevas localizaciones o nuevas historias que contar en los núcleos que ya participaron. 

Sobre si es más complicado encontrar los secretos ocultos de los barrios de una gran ciudad que de los pueblos, Guacimara Martín tiene claro que muchas veces lo es. «La sociedad suele aislarse por la velocidad del día a día, sus vivencias se quedan muchas veces de puertas para adentro», comenta la coordinadora de la Fundación, para quien el programa constituye una «oportunidad para unirles» en torno a esos espacios de participación. Y esta primera guía local llegó a esos cinco barrios -Schamann, La Isleta, San José, San Lorenzo y Tenoya- porque son lugares en los que la gente se conoce mucho entre sí y tienen una identidad arraigada, «y ese sentimiento de unión facilita mucho las labores».

Lo que parece meridiano es que los sabios guías intérpretes han venido para quedarse en la ciudad, pero más importante, sus historias no se perderán. La sabiduría popular luchará contra el olvido.

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