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TURISMO

Los hoteleros quieren que el Carnaval de Verano se convierta en una fiesta estable

Sin embargo, creen que no habrá muchas reservas este julio por ser todavía algo novedososo y esperan que la vuelta de los peninsulares salve julio y agosto

Turistas en Vegueta ANDRES CRUZ

La Asociación de Hoteles y Establecimientos Extrahoteleros de Las Palmas de Gran Canaria (AHEE) quiere que el Carnaval de Verano, que ha dejado para el primer fin de semana del próximo julio las celebraciones de calle, se convierta en una fiesta permanente que atraiga a los turistas y permita al sector capear la temporada con peor ocupación en la capital.

Así lo ha manifestado, Rosy Mujica, secretaria general de la patronal hotelera de la capital, quien muestra su satisfacción por la decisión del Ayuntamiento de celebrar las cabalgatas, el Carnaval de Día y los conciertos este verano, debido a la imposibilidad de hacerlo en marzo pasado por el covid. Consideran que estos festejos deberían tener continuidad y cree que el Ayuntamiento haría bien en plantearse incluir los eventos carnavaleros en el calendario de verano.

Los empresarios turísticos, recuerda, llevan más de siete años reclamando un Carnaval de Verano o alguna otra fiesta o actividad que permita animar a los turistas para que acudan a la capital en su peor época en cuanto a ocupación hotelera. No obstante, no tiene unas grandes expectativas para este primer fin de semana de julio en cuanto al aumento de las reservas, algo que explica por la falta de notoriedad del evento en el exterior.

«Este es el primer año que se hace esta experiencia y se precisa un rodaje mayor para que se conozca en el exterior, si es que lo van a repetir en los próximos años, para que fuera más conocido y moviera más público de fuera», señala Mujica a quien le «parece genial» la propuesta del Ayuntamiento para este julio.

Los hoteles, indica al respecto, «no están notando reservas este año. Ya hay reservas para el 1, 2 y 3 de julio, pero no es por el Carnaval sino debido a otros eventos o a la llegada de grupos». «Ahora se ha organizado este Carnaval de Verano por la pandemia, porque surgió así, pero nosotros llevamos años pidiéndolo porque hay que dinamizar un poco la temporada baja y repartir los eventos durante el año, en lugar de concentrarlos todos en el invierno», subraya la portavoz de los empresarios turísticos.

 Preguntada sobre dicha posibilidad, la concejala de Carnaval Inmaculada Medina indicó en marzo pasado que habría que acordar con los grupos la celebración de actos y fiestas, como lo que sucede con el fin de año de agosto, para seguir difundiendo el Carnaval a lo largo del año, pero no aclaró del todo si las carnestolendas de verano volverán con el formato de este verano u otro en próximos ejercicios.

Los hoteleros esperan mejorar en julio y agosto la ocupación registrada en abril, cifrada en un 69% o la de mayo, aún peor, y confían en que los peninsulares se mantengan fieles a este destino y salven la campaña veraniega. Los hoteleros se conforman con que se repitan los datos de 2019, que no fueron malos, y oscilaron entre un 70% y un 80% de ocupación.

Pero es difícil saber a estas alturas como funcionarán los próximos meses porque la gente se sigue resistiendo a reservar con antelación. «Alo mejor, otros años ya tenían reservas desde ahora, pero va a costar un tiempo recuperar el ritmo porque la gente se espera a última hora. Aunque se acabaron las restricciones por el virus, se han producido otro tipo de crisis relacionadas con la inflación y la guerra de Ucrania. Y eso se nota, porque al final la gente opta por un destino más barato y si está en la Península, se decide por Málaga, por ejemplo, en lugar de venir a Canarias», precisa.

En cualquier caso, admite que los hoteleros han registrado una excepcionalmente buena temporada de invierno, que ha igualado las cifras de 2019. Yes que desde noviembre de 2021 hasta marzo pasado, la ocupación se situó por encima del 80%. El balance que hace de la temporada de invierno es «muy bueno», teniendo en cuenta que «estábamos en medio de la sexta ola, que cayó en Navidad». Yeso que los nórdicos no vinieron tanto como en años anteriores.

Sin embargo, a partir de la Semana Santa, la pernoctación de turistas comenzó a disminuir. En abril, la ocupación se colocó en un 69% y en mayo apenas alcanzó un 56%. «Es lo típico de la temporada de verano. Después de Semana Santa es cuando se nota siempre el bajón. Para nosotros, esos mese de abril, mayo y junio siempre ha sido muy malos tradicionalmente, no nos coge de sorpresa. En julio y agosto suele subir con el turismo peninsular que sale de vacaciones con la familia. En esos meses sube un poquito y en septiembre vuelve a aflojar otra vez y a finales de octubre ya se empieza a reactivar un poquito con la temporada de invierno», subraya.

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