El centro comercial Tamarana, en el barrio de Lomo Los Frailes, sale a a la venta a los cinco años de su cierre definitivo, cuando abandonó el lugar Hiperdino, el único que sobrevivió casi diez años tras la fundación de la primera experiencia de galería comercial en Tamaraceite.
En 2018 se tapiaron los accesos, para evitar actos vandálicos, después del enésimo incendio registrado en el inmueble en el que comenzaron a meterse ocupas tras quedar abandonado.
El incidente más grave tuvo lugar en agosto de 2018, cuando la policía tuvo que evacuar a 90 vecinos de los edificios colindantes, debido al humo provocado por un incendio.
Los vecinos, hartos de los actos vandálicos y preocupados por su seguridad, reclamaron el tapiado del acceso a los locales. En marzo pasado se cumplieron catorce años de su inauguración.
No se sabe si por la crisis, el alto alquiler de los locales o la mala gestión -o la mezcla de todos estos factores-, la inmensa mayoría de los negocios habían fracasado cinco años después de su apertura.
La inmobiliaria Altamira ha sacado a la venta los 40 locales comerciales, que ocupan una superficie de 12.000 metros cuadrados en tres plantas.
Al menos, así lo indica el cartel de enormes dimensiones que cubre buena parte de la fachada principal del inmueble. Fuentes de Altamira indicaron que el inmueble no se encuentra disponible, pero no aclararon si se debe a que ya se ha vendido o si todavía se está formalizando la tramitación para sacarlo a la venta.
Las fuentes tampoco aclararon el precio de venta del local, por el que se ha interesado de momento la cadena de supermercados Mercadona.
La empresa valenciana de alimentación ha realizado ya una consulta urbanística al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, según confirmaron desde el consistorio, para saber si es posible instalar un supermercado en la planta baja del centro comercial, aunque la empresa no aclaró si se va a instalar en el antiguo inmueble de Tamarana. Mercadona tiene dos establecimientos en Tamaraceite, uno en la calla Pepe Dámaso y otro en la entrada a Ciudad del Campo.
La noticia sobre la posible instalación de Mercadona en el lugar ha corrido como la pólvora entre los vecinos, que dan por hecho además que la compañía pretende trasladar el supermercado de la calle Pepe Dámaso, a unos cientos de metros de distancia, hasta el edificio de la calle César Manrique.
Tamarana se inauguró en 2008, en plena crisis financiera con la idea de contar con tres millones de clientes al año. Esas al menos eran las optimistas previsiones que lanzaron el día de la apertura los responsables de la empresa Ynimbo SL, promotora del centro, que entró en concurso de acreedores en 2012.
Y al principio, las tiendas arrancaron con una gran afluencia de clientes animados por los bajos precios de muchas de las tiendas, pero cinco años después sólo quedaba Hiperdino y otros dos negocios porque la practica totalidad de los 40 locales habían cerrado sus puertas.
Cierre de locales
Se habló de que los alquileres de los locales eran muy altos, pero lo cierto es que los negocios comenzaron a cerrar en cascada y en 2017 sólo quedaba Hiperdino, que también echó el cierre ese mismo año en cuanto los Hermanos Domínguez abrieron su nuevo establecimiento en el centro comercial Alisios. Fue a partir de este momento cuando el inmueble comenzó a convertirse en blanco de ataques vandálicos.
En 2018 se produjeron al menos dos incendios. En uno de ellos, el que se desató en el mes de agosto, la policía tuvo que desalojar a los vecinos de tres edificios. El último incidente se produjo en septiembre pasado, tras el incendio de una papelera, según informó la Policía Local en su día.
El centro comenzó con mal pie desde el minuto uno. La apertura se retrasó varios meses y tras la inauguración, el 28 de marzo de 2008, los clientes tuvieron que esperar varios días porque el ayuntamiento condicionó la entrega de la licencia a la corrección de una serie de modificaciones relacionadas con la seguridad.
Al principio estaba lleno
Carmen, una vecina de la zona, formó parte de los numerosos clientes que cosechó al principio el centro comercial Tamarana. Ella cree que el negocio fracasó porque «los dueños de los negocios empezaron a subir los precios, ya que los alquileres de los locales eran muy altos. Estaba siempre lleno y tenía gente al principio, pero la gente dejó de ir por los precios, porque esto es un barrio obrero».
Carmen lamenta el cierre del centro porque «podías mirar las ofertas del Hiperdino y el Mercadona de la calle Pepe Dámaso y comprabas la que más te interesaba. Es una pena que cerrara porque funcionaba muy bien. Lo último que oí es que iban a instalar un centro de especialidades del Servicio Canario de Salud», algo que desmintió el ayuntamiento, ya que los terrenos cedidos a Sanidad están en La Galera.
