El comercio de toda la vida | Librería Canaima

Novelas sobre ruedas

El fundador de Canaima comenzó a vender libros sobre su bicicleta en Caracas, a su vuelta fundó una de las librerías referentes en la capital

La librería Canaima, abierta en 1977, tiene raíces venezolanas y canarias, su fundador, Antonio Rivero, emigró al país latinoamericano y creó una distribuidora de libros y una librería. Al regresar a Canarias siguió con su profesión dando vida a la librería que se ha convertido en referente de la capital.

La historia de la librería Canaima, inaugurada en marzo de 1977, está viva entre las páginas de los libros que descansan en sus estanterías. El grancanario Antonio Rivero emigró a Venezuela buscando una vida mejor y la encontró entre las tapas de las novelas del escritor español Marcial Antonio Lafuente Estefanía, por aquella época muy codiciadas por los lectores. Al descubrir que los venezolanos demandaban este tipo de libros fundó una distribuidora y comenzó a trabajar en el sector vendiendo los títulos por las calles de Caracas en su bicicleta.

Rivero viajó a la octava isla para trabajar con sus hermanos en un camión en el interior del país. Pero cuando llegó a la capital venezolana y observó que la gente quería comprar novelas y cromos, no dudó en tomar el barco a Gran Canaria y llenar dos baúles para venderlos por las calles montado en su bicicleta. Con el éxito que experimentó creó una distribuidora y más tarde una librería. Cuando regresó definitivamente a Canarias, en 1976, decidió seguir con el oficio e inauguró Canaima en un pequeño local en la calle Tomás Morales. Al poco, consiguió expandirse a la calle Senador Castillo Olivares y en el interior del Colegio de Medicina durante la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

La pandemia de Covid-19 benefició al negocio porque el confinamiento devolvió el hábito lector

El actual propietario, Antonio Rivero, es hijo del fundador y recuerda su infancia entre libros. «Cuando era muy pequeño el negocio era exclusivamente la distribuidora y no tenía local abierto al público, por aquel entonces jugaba en la misma mesa donde se distribuían los libros», rememora. Rivero también recuerda la apertura de la librería en Venezuela, a la que siempre iba después de las clases.

A pesar de heredar el amor por el sector, Rivero escogió estudiar arquitectura y se dedicó en exclusiva durante muchos años a esta profesión. Durante esa época nunca pensó en heredar el negocio familiar pero la crisis de 2008 le cambió los planes y ahora está implicado en el mismo.

El estallido de la burbuja inmobiliaria fue un golpe duro para el negocio. Tuvo que cerrar todas las tiendas que llegaron a tener excepto la que pervive en la actualidad. Sin embargo, la crisis de la pandemia de Covid-19 benefició a las librerías, cuenta. «La gente que era lectora en el confinamiento recuperó el gusto de la lectura y también hubo gente que se inició en la lectura en esos meses confinados y los posteriores, que seguía sin recuperarse la normalidad», explica el librero.

La factura de Amazon

Rivero añade que el incremento de ventas también está motivado porque hay mucha gente que durante el confinamiento se dieron cuenta del valor que tiene el comercio cercano: «Gente que habitualmente compraba en Amazon sin pensarlo empezó a venir a los comercios locales por el valor de lo cercano», explica Rivero.

Después de 46 años los pasillos de la librería han visto crecer a muchos clientes fijos. «Mi padre siempre contaba que había personas que las conoció desde niños cuando venían con sus padres, luego fueron clientes universitarios y algunos ya son abuelos que traen a sus nietos, son tres generaciones ligadas a la librería», destaca Rivero, que cuenta que su padre mimó mucho la sección infantil porque quería que la gente se aficionara a la lectura desde pequeños.

«Llega un libro y el personal sabe a qué cliente le puede interesar», destaca el actual propietario

Amazon se ha convertido en una plataforma de competencia para las librerías pero Rivero destaca los beneficios de comprar en el comercio cercano frente al portal web creado por el multimillonario Jeff Bezos. Como explica Rivero el valor de los libreros frente a Amazon es que el personal conoce a los clientes: «Llega un libro y saben a qué cliente le puede interesar y cuando esa persona entra por la puerta se lo dicen, después tantos años van conociéndolos porque la gente les dice lo que les gustó o lo que no y con eso van encauzando sus preferencias», explica.

Entre sus pasillos la gente ojea las portadas, las más interesante son objeto de la lectura de la sinopsis y algunos pasan por caja para pagar sus próximas lecturas. Aquellas historias que les acompañarán y enriquecerán durante unas horas, semanas, meses o incluso toda la vida, porque hay libros, al igual que librerías, que dejan huella.

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