Luz verde al nuevo edificio de control e inspección de las mercancías del Puerto

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), ha autorizado a la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP) a que licite las nuevas instalaciones fronterizas de control de mercancías. 

Se trata de una obra que ha sufrido hasta tres retrasos por diferentes problemas burocráticos y presupuestarios, la cual es fundamental para mejorar la capacidad y la calidad de las inspecciones de las mercancías en el Puerto de Las Palmas. 

El centro para controlar las mercancías del Puerto de Las Palmas costará cinco millones más de lo previsto

La Luz es la principal puerta de entrada de los alimentos y productos que se consumen en Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. De ahí la necesidad de reubicar el viejo Punto de Inspección Fronteriza (PIF), que tiene más de 20 años de funcionamiento y se ha quedado obsoleto para el trasiego diario del recinto y las exigencias de calidad de la Unión Europea en sus puertos.

Problemas en la tramitación

La última vez que se quedó sobre la mesa del Consejo de Administración de la APLP fue en el mandato anterior, debido, principalmente, a los efectos de la pandemia y los sobrecostes de los materiales derivados de la guerra de Rusia en Ucrania. El entonces presidente del Puerto de Las Palmas, Luis Ibarra, asumió la tramitación del expediente y los técnicos de la casa actualizaron los costes, afectados también por la aprobación de un nuevo reglamento de la construcción más exigente con los materiales.

El nuevo proyecto, que es el autorizado ahora por el Estado, saldrá a concurso por 18,14 millones de euros, cinco más que la iniciativa anterior, con un plazo de ejecución de 18 meses.

El objeto del contrato es aumentar la capacidad de las actuales instalaciones encargadas de los servicios de inspección fronteriza, por lo que se construirán unas nuevas en la dársena de África, explica el Mitma en un comunicado tras la reunión ayer del Consejo de Ministros.

Dos alturas

La obra consiste en levantar un edificio de dos plantas para concentrar en un único espacio los servicios de inspección fronteriza, así como la urbanización de los terrenos adyacentes al edificio.

Actualmente, estos servicios de se prestan en dos parcelas independientes ubicadas en la zona norte del puerto: en la primera se desarrolla la actividad propia del puesto de fronterizo, y en la segunda se prestan servicios asociados a la inspección de productos vegetales y animales de la UE, así como de los productos industriales de cualquier procedencia. 

Esta segunda parcela es la que «requiere mejoras de capacidad, puesto que no dispone de zona de espera para vehículos pesados y se encuentra en situación de elevada saturación», añade el Mitma. Con las nuevas instalaciones se solventarán estos problemas, «lo que permitirá prestar los servicios demandados por los operadores en el ámbito del transporte marítimo con un óptimo nivel de calidad y eficiencia».

Concentración de servicios

Ambos servicios se concentrarán ahora en una única parcela de 13.692,71 metros cuadrados. Los técnicos han planteado el edificio en dos niveles. Es en la planta baja donde irán todas las dependencias necesarias para la actividad principal del centro, que es la inspección y el control de la mercancía. Habrá nueve salas para realizar esas operaciones y 27 muelles para la carga y la descarga, lo que agilizará la entrega de los contenedores, entre otras mejoras.

El año pasado, con la campaña de importación de papas de Reino Unido, se produjo un repunte importante de la actividad en las labores de inspección realizadas en el Punto de Inspección Fronterizo (PIF). Los transportistas tuvieron que esperar hasta cuatro horas por la mercancía para luego distribuirla a los mercados para abastecer a las islas.

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