OBRAS

Las asociaciones salen de Nuestra Señora de Fátima para la rehabilitación del edificio

La mayoría de las entidades sociales se ha trasladado al centro Nuestra Señora de Los Ángeles, en el barrio de Lomo Apolinario de Las Palmas de Gran Canaria

Solo la asociación Gull Lasègue, dedicada al estudio y al tratamiento de la anorexia y la bulimina, permanecerá en el inmueble mientras duren las obras, que comenzarán en breve

La reforma, que llevará el grupo Satocan en 18 meses, pretende modernizar el inmueble

Vista del centro Nuestra Señora de Fátima.

Vista del centro Nuestra Señora de Fátima. / L. SÁNCHEZ

Las entidades sociales sin ánimo de lucro que comparten edificio en el centro Nuestra Señora de Fátima empaquetan estos días sus cosas para dejarlo libre para el inicio de las obras de rehabilitación del inmueble, que gestiona el Cabildo de Gran Canaria. Solo la asociación Gull Lasègue, dedicada al estudio y al tratamiento de la anorexia y bulimia, se quedará en el antiguo internado mientras dure la reforma del inmueble de Ciudad Jardín, en Las Palmas de Gran Canaria, que llevará a cabo la empresa Satocan en 18 meses. 

El día 11 de diciembre es la fecha señalada para abandonar el inmueble, aunque alguna asociación estima que puede variar teniendo en cuenta que es la tercera vez que les cambian de fecha de salida.

La mayoría de las entidades sociales irán al internado de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Lomo Apolinario, salvo la Fundación Oliver Mayor contra la fibrosis quística y la Asociación de Familias de Personas con Autismo Las Palmas (Apnal) que han decidido optar por el centro El Sabinal. La Asociación Canaria para las personas con sordera y sus familias (Funcasor), por su parte, se han trasladado ya a un local de alquiler de la calle Escenógrafo Ramón Sánchez Prats, en el barrio de Piletas.

La entidad necesita de cocina y comedor para atender a las personas con bulimia y anorexia

La asociación Gull Lasègue seguirá en el inmueble por decisión propia, ya que necesitan de una cocina y un comedor y ninguno de los dos edificios propuestos por la institución insular -Los Ángeles y El Sabinal- reúne dichas características. La entidad funciona como centro sociosanitario y precisa de esos espacios para educar a sus usuarios en nuevos hábitos de alimentación, así como a socializarse con la comida. 

Pese a que el viejo internado de Nuestra Señora de Los Ángeles ha tenido que ser acondicionado para acoger a las entidades, la asociación Gull Lasègue ha preferido quedarse en Ciudad Jardín, ya que los permisos y autorizaciones para construir una cocina y un comedor iban a durar tiempo debido a los estrictos controles sanitarios que hay cuando se realizan estancias de este calado. En la actualidad, la asociación atiende a unos 220 pacientes y cuenta con una veintena de profesionales. 

La rehabilitación del antiguo internado Nuestra Señora de Fátima consiste, en líneas generales, en una modernización del inmueble para que sea más accesible y para que las distintas asociaciones sin ánimo de lucro puedan desarrollar sus actividades, aunque respetando al máximo la distribución original.

El inmueble no tiene ascensores, ni escaleras de incendio, y está bastante deteriorado tanto en el exterior como en el interior. El objetivo es acondicionarlo para cumplir tanto con las ordenanzas municipales como con la normativa de edificación, pero también dar funcionalidad a las estancias. No solo para que los trabajadores puedan desarrollar su trabajo, sino, sobre todo, para atender las necesidades de los usuarios, muchos de ellos enfermos y con tratamientos médicos que acuden junto a sus familias a recibir terapias, realizar talleres o simplemente compartir inquietudes con otros usuarios que pasan por el mismo problema.

Vista del jardín de la entrada.

Vista del jardín de la entrada. / L. SÁNCHEZ

Mejorar la atención

Los profesionales de las asociaciones confían en que la rehabilitación del inmueble ayude a mejorar la atención que dispensan a los asociados, pero sin restar las prestaciones y servicios que en la actualidad les ofrecen. La duda que tienen algunos es si los metros cuadrados que ahora tienen asignados podrían verse reducidos al incluirse aseos públicos, ascensores, escaleras de incendio, con la redistribución de los espacios comunes o en la ampliación de nuevas estancias para otras organizaciones.

La reforma no es nueva, sino que llevaba en el cajón varios años. Los profesionales esperan que haya ahora más sensibilidad para atender algunas de las peticiones que han realizado. 

El edificio, de tres plantas; una de ellas inhabilitada en la actualidad, perteneció a las Hermanas Oblatas. Allí se atendían a niños huérfanos o con escasos recursos a mediados de los años cuarenta del pasado siglo. Cuando las monjas abandonaron el centro, se utilizó como oficinas para el Gobierno de Canarias a finales de los 90 y, posteriormente, como centro para menores con problemas hasta que el Cabildo de Gran Canaria decidió cederlo a las organizaciones no gubernamentales.

El inmueble cuenta con una superficie total de 2.898,73 metros cuadrados entre el viejo internado y la capilla adyacente y tiene dos patios al aire libre. La idea es habilitar la tercera planta, así como la capilla además de parte de la azotea para espacios comunes de las organizaciones. También se acondicionará el patio trasero como aparcamiento dado los problemas que hay en Ciudad Jardín para encontrar parking.

La Consejería de Gobierno de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria sacó a la licitación las obras en julio de 2022, que han necesitado también de un concurso público para la dirección de obra. La rehabilitación del inmueble fue adjudicada finalmente al grupo Satocan en el mes de febrero, aunque el contrato no se formalizó hasta junio. Al concurso se presentaron cinco empresas y ganó el grupo Satocan por incluir mejoras en la oferta general. 

La inversión total es de 4,4 millones euros y la obra está prevista que finalice en 18 meses. Cuando el edificio se renueve, las entidades sociales regresarán a Ciudad Jardín.

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