NAVIDAD

El universo se construye con clicks

El Museo Elder acoge un diorama sobre cómo sería la vida en otro planeta creado por aficionados al playmobil dentro de las actividades programadas para Navidad

La muestra incluye el lanzamiento del Alisio I

Si algo de especial tiene la Navidad es la llegada de Papa Noel y los Reyes Magos cargados de juguetes. Unos han pasado sin pena ni gloria entre las manos de los pequeños; algunos permanecen con cariño en la memoria más allá de la infancia y otros permiten seguir desarrollando la imaginación aun siendo mayores. El diorama creado para el Museo Elder de Las Palmas de Gran Canaria por aficionados y miembros canarios de la Asociación Española de Coleccionistas de Playmobil (Aesclik) es prueba de ese poder que tiene los juguetes y de lo importantes que son para educar y formar. La muestra es una de las actividades organizadas por el espacio museístico para estas navidades sobre el Universo y el Cosmos bajo el título de Planeta Elder.

Elsa Santana Gil, Jenifer González Quintana, Águeda Pérez Pulido, Rita Suárez Jiménez, David Vázquez López, José Navarro, Rafael Gutiérrez y José Miguel Jiménenez Henríquez han creado con figuras, vehículos, animales y otras piezas de playmobil un planeta en el que los humanos conviven con robots y alienígenas de otras galaxias, cultivan lechugas y papas bajo cúpulas de cristal y exploran otros mundos, mientras buscan riquezas en ese utópico escenario que tiene tanto base científica como mucha imaginación. 

Vista del diorama del Museo Elder

Vista del diorama del Museo Elder. / JOSÉ CARLOS GUERRA MANSITO

En dicho planeta no faltan las mascotas e incluso se toma el sol en bañador, aunque con escafandra. Papa Noel y los Reyes Magos continúan en el imaginario colectivo, pero el primero llega en cohete por Navidad y, los segundos, en naves aeroespaciales. Son algunos de los guiños de las autoras a esta época del año.

 En este hipotético futuro, no falta la actualidad. En una de las escenas se recrea el Alisio I, el primer satélite canario diseñado por el Instituto de Astrofísica de Canarias que permitirá ayudar a detectar y analizar catástrofes naturales, y que fue lanzado hace unos días desde California con éxito. Nada se deja al azar, aunque estemos ante un juego de niños. Así nos lo hacen ver las diseñadoras de este diorama, que se enamoraron de estos muñecos de plástico, de apenas 7,5 centímetros creadas en 1974 por una empresa alemana -ahora grupo Brandstäter-, por distintas vías.

Recuerdos de infancia

«Era hija única y siempre los pedía para Reyes junto a una muñeca», recuerda Jenifer, que señala que el poder desarrollar la imaginación, «crear tus propios mundos», fue lo que la atrapó de estas piezas, que permiten montarse y desmontarse con facilidad.

Elsa también jugó de pequeña con ellos, aunque era sus hermanos los que los recibían por Reyes. Pero no sería hasta que se juntó con su marido, apasionado a los trenes, y montar un belén cuando la afición se despertó. « Dijimos vamos a montar un belén, pero que sea gracioso y lo montamos con piezas de playmobil y trenes. Un tren nos llevó a un belén y, a otro tren, y a otro belén. Después conocimos Aesclick y empezamos a participar en montajes», cuenta. Reconoce que la versatilidad que ofrece el muñeco al poderse customizar hace que, aun siendo adultos, nos obligue a pensar «qué se puedo hacer con esto».

Una de las piezas de colección que se puede ver en el diorama de Planeta Elder.

Una de las piezas de colección que se puede ver en el diorama de Planeta Elder. / JOSÉ CARLOS GUERRA MANSITO

En el caso de Águeda Pérez Pulido, la afición comenzó tras ver una exposición de Aesclick y detectar las posibilidades que tenían los playmobil para educar. «Trabajo en la concejalía de Agricultura de Telde y me pareció una herramienta bestial para usar en los talleres infantiles para hablar de agricultura, kilómetro cero, tal y como ha demostrado el tiempo», señala. Lo mismo le ocurrió a Rita. «Soy profesora y vi que era una manera de enganchar a los chicos; entonces de FP, y ahora con adultos. Explico la historia de Canarias con playmobil, la violencia de género, la igualdad; también utilizo barbis porque no hay que ser estricta. Hay imágenes complicadas de explicar y con el juego entran fácilmente, puedes hacer preguntas y ayuda a pensar», reconoce.

Otras escena recreada con piezas de playmobil.

Otras escena recreada con piezas de playmobil. / JOSÉ CARLOS GUERRA MANSITO

Cada diorama que realizan está medido al milímetro. «Va muy medido para que pueda cuadrar todo lo que quieres poner, pero también para que visualmente puedan verse todas las piezas», explica Jenifer, con veinte años en la asociación y con más de 2.500 figuras inventariadas en su haber, que suele hacer croquis y dibujar para recrear escenas. Pero no todo son medidas físicas. Cada historia que cuentan comienza con una lluvia de ideas como cualquier proyecto y una investigación previa para empaparse de lo que se quiere contar. «Intentamos que todo tenga coherencia. La gente se sorprende cuando le decimos que nos avise con tiempo para montarlo porque cree que solo es colocar los plays, pero no es así», añade Elsa. Todo se planifica porque tiene una finalidad: educar y entretener. Y cuando no tienen piezas, las fabrican a escala de playmobil como las decenas de cajas que construyeron para recrear la zafra, el empaquetado y la exportación del tomate canario para el Museo de la Zafra. 

Con los dioramas difunden valores como la integración, la igualdad, la multiculturalidad, la accesibilidad, ya que es un juguete que aún se fabrica y que ha ido cambiando con el paso del tiempo. «Tratamos de reflejar la sociedad que somos y en la que podemos convivir mejor», apunta Águeda. 

Como asociación, han montado dioramas en el Materno Infantil, en San Juan de Dios, en Las Arenas, en el Museo de la Zafra, para algunos ayuntamientos y, por supuesto, en Elder. Pero también diseñan a título individual para otras entidades. Este año, la biblioteca Josefina de la Torre también acogerá otro escenario enfocado en la obra de Charles Dickens.