Los herederos de los Martínez de Escobar se disputan la casa donde nació el Museo Canario

La Justicia establece la puja del número 7 de la calle López Botas en 1,3 millones de euros

Los promotores del Museo Canario formalizaron la institución en esta casa en 1879

Vivienda en la que nació el Museo Canario, en la calle López Botas.

Vivienda en la que nació el Museo Canario, en la calle López Botas. / Juan Castro

El 2 de septiembre de 1879 un grupo de destacados intelectuales de la sociedad grancanaria se reunieron en la casa de los Martínez de Escobar. El propósito de este encuentro era fundar un centro que pudiera satisfacer sus inquietudes en materia cultural, científica y social. Por aquel entonces, Las Palmas de Gran Canaria era una ciudad que carecía de este tipo de instituciones e iba por detrás de las corrientes de la época. Aquel encuentro que dio origen al Museo Canario se produjo en una vivienda de Vegueta, edificio que hoy, siglo y medio después, se encuentra en el ojo del huracán.

El pasado 23 de enero salió a subasta la vivienda situada en el número 7 de la calle López Botas, en el corazón del barrio histórico de Las Palmas de Gran Canaria. El mismo lugar en el que se produjo aquella firma fundacional del Museo Canario. El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Las Palmas de Gran Canaria emitió el pasado 10 de octubre un edicto anunciando la venta en subasta pública del inmueble. La finca está valorada en 1.348.159,95 euros, aunque una vez terminado el plazo este lunes, la puja terminó sin ofertas, según refleja el portal de subastas del Boletín Oficial del Estado (BOE).

Los Martínez de Escobar.

Los Martínez de Escobar. / Fernando Montecruz

¿Cómo ha llegado la Justicia a tomar esta decisión? Actualmente, existen dos partes enfrentadas de una misma familia, descendientes de los hermanos Martínez de Escobar. El edicto que ha dado lugar a la puja contempla dentro de las condiciones generales de la subasta que «si no hubiera ningún postor [como ha sido esta ocasión], el acreedor puede, en el plazo de 20 días, pedir la adjudicación del bien».

Existen referencias que apuntan a que este edificio podría haber sido la primera cárcel de la ciudad

El edificio, que tiene además una servidumbre de paso del Condado de la Vega Grande, consta de dos plantas y una huerta trasera. Tiene un grado de protección de tipo ambiental, por lo que el nivel de intervención en el inmueble debe ser mínimo. Enclavada en un conjunto urbano de interés a lo largo de la calle López Botas, destaca como ejemplo de arquitectura tradicional canaria y en especial los baldaquinos de madera que dan sombra a las ventanas.

Existen referencias, según detalla el Cronista Oficial de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet, que indican que la primera cárcel de la ciudad estuvo en esta calle allá por el siglo XVI y, probablemente, más concretamente en esta parcela. No obstante, sería varios siglos después cuando el inmueble tomó real protagonismo en el devenir social de la capital grancanaria.

Amaranto y Teófilo Martínez de Escobar

Los hermanos Amaranto, Teófilo, Emiliano y Adela Martínez de Escobar y Luján eran hijos del reconocido poeta y jurista Bartolomé Martínez de Escobar y de Francisca Luján, hija del escultor Luján Pérez. Los dos primeros destacaron en el desarrollo de la vida intelectual y social de Las Palmas de Gran Canaria de la época. Los actuales herederos del número 7 de la calle López Botas son descendientes directos de Adela.

«Eran tres hermanos y en los tres vibraba una intelectualidad superior, algo inquieta y rebelde, que desde muchachos les hizo distinguirse y adquirir marcado relieve de hombres de ciencia y de artistas». Con estas palabras Luis y Agustín Millares resaltaron las figuras de Amaranto, Teófilo y Emiliano en las páginas del Diario de Las Palmas en 1912.

Los promotores del Museo Canario formalizaron la institución en la casa de Amaranto

Amaranto fue un reputado abogado, poeta y periodista. Fundó en marzo de 1863 el periódico El País, también colaboró con otros medios, tanto en Canarias como en Cuba, donde publicó algunos de sus poemas. Además de miembro fundador del Museo Canario, ejerció como director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria y ahondó en el estudio de los aborígenes junto al médico y antropólogo Gregorio Chil y Naranjo

El letrado, profesión que ejerció con éxito, fue también concejal en el Ayuntamiento capitalino y miembro del partido republicano. En su última etapa abandonó sus actividades públicas, salvo la dedicación al Museo Canario. Institución a la que donó su biblioteca -su hermano Teófilo hizo lo propio- y de la que era secretario perpetuo. Falleció en junio de 1913 en la casa familiar, situada entonces la calle de los Canónigos, hoy renombrada como López Botas -alcalde capitalino de 1861 a 1868-.

El sacerdote Teófilo Martínez de Escobar.

El sacerdote Teófilo Martínez de Escobar. / La Provincia

Teófilo, por su parte, fue sacerdote al igual que su hermano Emiliano. En su etapa de profesor dio clases a Benito Pérez Galdós. Cultivó la enseñanza en Cuba. De hecho, fue catedrático de la Universidad de La Habana y en 1879 fundó el colegio La Gran Antilla. Tras la muerte en 1896 del primer director del Museo Canario, el médico Domingo J. Navarro, asumió este cargo hasta 1907. Falleció en febrero de 1917, apenas unos meses antes que su hermano.

Un museo y un ateneo

Se sabe a ciencia cierta que el Museo Canario nació en la casa familiar de los Martínez de Escobar. Agustín Millares convocó a una serie de intelectuales en su casa en julio de 1879 con la intención de fundar un museo y un ateneo. Una reunión que no llegó a buen puerto al dividirse los partidarios sobre qué institución fundar, según ha explicado el bibliotecario del Museo, Luis Regueira Benítez, en diferentes publicaciones.

 Gregorio Chil, Diego Ripoche y Víctor Grau Bassas eran los más acérrimos partidarios del museo. Tras lograr la aprobación por parte de la administración, los promotores se reunieron en la casa de Amaranto, de tal manera que el 2 de septiembre de 1879 quedaría formalizada la Sociedad Científica El Museo Canario. Además, crearon una revista de ciencia, literatura y arte en la que Martínez de Escobar firmaba con el pseudónimo Mauricio.

Pese a que ambos hermanos donaron gran parte de su archivo, fuentes consultadas por este periódico señalan que los herederos actuales cuentan todavía con documentación de la época. Las mismas aseguran que la institución estaría interesada en adquirirlos, aunque esta ha declinado hacer declaraciones al entender que se trata de un asunto privado de una familia, que es la que en todo caso tendría que hacer la donación correspondiente.

Arcos tardogóticos y la escuela taller

El arquitecto José Luis Gago fue el encargado de restaurar la fachada del número 7 de la calle López Botas a principios de los 90 dentro del proyecto de escuela taller Vivir Vegueta. «Los baldaquinos estaban muy deteriorados, por lo que prácticamente tuvimos que rehacerlos», señala el experto. Se trata de un elemento decorativo arquitectónico reseñable, que abunda poco en Vegueta y que estuvo de moda en la Andalucía del siglo XVIII, apunta. No obstante, durante la intervención encontraron señales de que la casa realmente es más antigua. En la fachada, bajo las ventanas de la planta superior, hay visibles una serie de piezas de cantería en las que se vislumbran arcos conopiales, propios del tardogótico. Salieron a la luz en el proceso de restauración del exterior inmueble y el equipo que lideraba Gago decidió no volver a cubrirlos. «En la ciudad eran muy comunes en el siglo XVI, por eso todo indica que la casa es más antigua de lo que está datada», matiza el arquitecto. Y es que las casas de Vegueta han tenido continuas modificaciones a lo largo de los siglos. | A. V.

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