ANÁLISIS

La imperativa necesidad de mejorar la seguridad peatonal en Quilmes

La ausencia de pasos de peatones, control de velocidad y semáforos provoca situaciones de peligrosidad en la GC-110 para los universitarios y viandantes

Pasarela y acceso a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por la GC-110.

Pasarela y acceso a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por la GC-110. / Juan Carlos Castro

Elio Quiroga Rodríguez

A la zona delimitada por el barrio de Quilmes, al paso y bifurcación de la vieja carretera GC-110, la conocemos en la isla de Gran Canaria como “el campus universitario”. A ella pueden acceder, usando transporte público y vehículos propios, gran parte de las personas que forman la comunidad universitaria de nuestra isla, sumando a la ULPGC y a la Universidad del Atlántico Medio, unas 25.000 personas entre alumnado, personal administrativo y profesorado (lo que la convierte en una de las zonas universitarias más populosas del país). Las guaguas en hora punta suben atiborradas de estudiantes y docentes. El problema surge cuando han de caminar desde la parada de guaguas de la GC-110, que a esa altura se difurca en subida y bajada (desde y hacia la Casa del Gallo) a las dos universidades. Para ello siguen tres caminos, a cada cual más peligroso: caminar por la rotonda inferior, seguir el camino medio, que tiene dos pasos elevados (poco usados) y el camino superior, que atraviesa la carretera a pelo; en los tres casos para cruzar la carretera no hay ni un solo paso de peatones, han de caminar por arcenes y esquivar coches a toda velocidad que ingresan a la rotonda desde la Casa del Gallo. Además, esta zona de cruce obligado para peatones de la GC-110 es transitada por profesores y alumnos de la ULPGC que se dirigen a los supermercados o restaurantes del barrio de Quilmes.

Hace unos meses, durante las obras de reforma de los dos pasos elevados peatonales en Quilmes (que superan los dos tramos bifurcados de la GC-110 y a los que me he referido en el segundo camino elegido por el estudiantado y vecinos), se instalaron pasos de peatones provisionales en los cruces más problemáticos, se redujo el tránsito a un carril mediante bolardos verdes y se estableció un límite de velocidad de 20 km/h con señales horizontales. Durante esos días, tanto alumnos como vecinos y profesorado se adaptaron rápidamente a la nueva realidad: el tráfico se pacificó, los vehículos respetaban las normas elementales al cruzarse con peatones, y la situación se volvió cercana a la ideal, algo muy próximo a un mínimo de decencia para tantos miles de personas. Sin embargo, al finalizar las obras, inexplicablemente, se retiraron estas medidas temporales, lo que resultó en un retorno a las altas velocidades, inapropiadas para una zona densamente habitada con aceras angostas, cuando las hay. En la subida obligada desde la parada de guaguas la acera es de apenas 40cm, y coches a 100 km/h pasan apenas a 30cm de los peatones. Diariamente, somos testigos de situaciones realmente peligrosas. Además, los estudiantes de intercambio, como los alumnos de Erasmus que acuden masivamente a nuestras universidades, también han expresado su sorpresa y preocupación por estos problemas de inseguridad que no ven en sus países de origen, afectando gravemente a la imagen institucional de nuestras universidades a nivel internacional y por tanto a la de nuestra isla.

Caminar desde la parada de guaguas a las dos universidades es hacerlo por arcenes estrechos y esquivar coches a toda velocidad

Todo esto es fácilmente solventable a poco que se apliquen medidas elementales de control rodado en una carretera que actualmente parte en dos lo que es ya un núcleo urbano y universitario de pleno derecho. Aporto algunas ideas a vuelapluma:

Pacificación del tráfico en Quilmes: Zona 20. Las dos carreteras están infrautilizadas, pero los vehículos continúan circulando a altas velocidades, poniendo en peligro a alumnos y profesores. Durante las obras recientes, se implementaron medidas de pacificación del tráfico que demostraron ser efectivas, y desde hace años un poco más abajo, en la carretera de Pico Viento a salida del colegio Sagrado Corazón de Tafira (justo debajo de la rotonda citada), esas medidas han demostrado ser perfectamente funcionales. Prolongar estas medidas permanentemente a la zona indicada podría mejorar la seguridad.

Instalación de pasos de peatones y control semafórico. La ausencia de pasos de peatones fomenta cruces temerarios. Se deberían instalar pasos de peatones en varios puntos de Quilmes y considerar la implementación de semáforos en ambas direcciones de la GC-110. Esto no solo mejoraría la seguridad peatonal, sino que también contribuiría a la pacificación del tráfico.

Restricción de tráfico y reducción de velocidad. Los vehículos circulan a velocidades peligrosamente altas. La implementación de medidas como la reducción de carriles con bolardos, similar a lo que se hizo temporalmente durante las obras, podría ser una solución efectiva para reducir la velocidad de los vehículos y mejorar la seguridad. En la zona transitada el límite debe de ser de 20km/h, y desde la Casa del Gallo, hasta la salida del colegio Sagrado Corazón, el límite debería de ser 30 km/h. Estamos en zona urbana, no en una autopista. Protejamos las vidas humanas, por favor.

Reducción a un único carril. En cualquier zona en la que cruzan personas cotidianamente, y siempre que sea posible, la reducción a un único carril 20 debería ser opción, usándose el otro por ejemplo para ampliar unas aceras que no pasarían el menor control de calidad como las actuales, o poniéndolas sobre los arcenes actuales.

Es crucial que se tomen medidas inmediatas para garantizar la seguridad de todos los que transitan por esta zona. No podemos esperar a que ocurra una tragedia para actuar. La implementación de estas sugerencias no solo mejorará la seguridad, sino que también reforzará la confianza y la reputación de nuestras instituciones educativas. Ya basta de echar balones fuera, las instituciones deben estar al servicio de la ciudadanía, y deben responder a sus necesidades a la mayor celeridad posible. Espero que una tragedia no acabe llevando esta situación insostenible a un escándalo absolutamente evitable.