Versión turismo familiar de su mellizo Opel Combo Cargo, el Opel Combo Life saca en su quinta generación todo el partido posible al hecho de pertenecer Opel al Grupo PSA. El fabricante francés tiene la llave del éxito en esta categoría con tanto predicamento en Canarias al combinar versatilidad y espacio con aptitudes para un uso dual. Ahora la marca alemana ha accedido a esa fórmula secreta y la hemos probado para ustedes en su acabado Innovation con el motor 1.5 diesel de 130 CV y carrocería de 4,4 metros.

El carácter familiar de esta furgoneta se hace muy patente en un interior repleto de soluciones de almacenamiento y mediante la distribución de puertos USB en las dos filas de asientos para conectar tabletas y móviles inteligentes. Si se quiere, hay diversas alternativas de recarga entre los opcionales, como el sistema inductivo (situado junto a los mandos del sistema de climatización) o una toma de corriente de 230 V en el espacio para los pies del copiloto con el que alimentar un ordenador portátil.

La versatilidad no es una palabra que le venga grande al Combo Life. En primer lugar, porque además de esta versión de 4,4 metros, hay una de 4,75 metros, aunque esa diferencia de 35 cm no impide que tanto una como otra puedan dar acomodo a hasta siete ocupantes mediante una tercera fila de asientos. Con cinco asientos y esos 4,4 metros, el maletero ofrece un volumen de 597 litros, cifra que se multiplica plegando la segunda fila hasta los 2.126 litros.

La adaptabilidad del interior no es sólo una cuestión de espacio. También, porque la segunda fila de asientos puede tener una banqueta continua con respaldos abatibles 60/40 o tres asientos individuales que se pueden plegar desde el maletero. Aunque de sus posibilidades de carga hablamos en otro apartado.

Diseño propio

El frontal hace honor a su condición de Opel con su calandra y ópticas con las formas características de la gama, incluyendo el 'blitz' que se subraya mediante dos alas cromadas que flotan en la rejilla. El interior es, comparado con sus hermanos -especialmente con el Peugeot que probamos semanas atrás-, más canónico al prescindir de un cuadro de instrumentos elevado y posicionarlo de manera más convencional ganando en la operación otro hueco portaobjetos de los muchos que esconde el Combo Life.

En marcha se siente robusto y confortable, muy confortable. El tamaño de la superficie acristalada y la posición de conducción muy erguida reafirman la sensación de control, mayor incluso que en algunos de los muchos crossover que ahora mismo parten el bacalao en el mercado.

A nivel mecánico, máxima solvencia con el más potente de los motores diésel, el 1.5 de 130 CV y 300 Nm que asegura unas buenas recuperaciones, aceleración y velocidad de crucero por mucho que pongamos a prueba su capacidad de carga. Este propulsor cuenta con un filtro de reducción de NOx, inyector AdBlue, reducción catalítica selectiva y filtro de partículas diésel para poner coto a las emisiones. Su consumo medio combinado fluctúa entre los 4,3 y los 4,5 l/100 km. Aunque el Combo Life accede por primera vez a una caja automática de ocho velocidades, nosotros probamos la motorización 1.5 con una transmisión manual de impecable comportamiento. Tanto por tacto como por escalonamiento de las distintas marchas.Al nivel de un todocamino

Aunque con ese sustrato común con los Peugeot Rifter y Citroën Berlingo, Opel ha querido multiplicar su dosis de tecnología enfocada al confort y la seguridad, algo esto último importante para un coche de orientación familiar. Es significativo que importe de modelos de volumen la cámara frontal 'Opel Eye' que es herramienta necesaria para asistentes muy útiles a la hora de conducción. Útiles y efectivos, porque en el Combo Life, la alerta de colisión frontal con detector de peatones y frenada de emergencia, el reconocimiento de señales de tráfico y el asistente de mantenimiento de carril funcionan como un verdadero reloj. La corrección del volante es sutil pero eficaz y el lector de señales tiene una buena aliada en la adaptación inteligente de la velocidad.

Entre los opcionales, el control de velocidad de crucero automático adecúa la aceleración para mantener la distancia con el coche que va por delante. Por tamaño y forma de la carrocería, otro extra, la cámara de visión trasera panorámica (180º de ángulo de visión) no puede ser más conveniente para maniobrar sin riesgo. Y para redondear un equipamiento que nada tiene que envidiar a lanzamientos estrella de Opel, puede ayudar en maniobras de aparcamiento con un asistente avanzado (también opcional) que, además de estacionar, también es capaz de sacar el Combo Life de esa misma plaza dejando al conductor la única responsabilidad de controlar los pedales y el cambio de marcha. El head-up display y el detector de ángulo muerto son sólo otros dos dispositivos que, en el catálogo de extras, demuestran la ambición de este modelo.

Todo ello con el aliciente de que el Opel Combo Life está disponible desde 13.200 euros con motor 1.2T gasolina; con este propulsor 1.5 TD de 130 CV y en acabado Innovation, su precio es de 17.500 euros.