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CRISIS DEL CORONAVIRUS

Helguera, ante el desafío de diseñar la nueva UD desde la austeridad y el ingenio

El director deportivo se enfrenta al reto de conformar un proyecto competitivo para el próximo curso con uno de los presupuestos más modestos de los últimos tiempos

Martín Mantovani UD LAS PALMAS

"El virus se lleva por delante el músculo financiero de la UD hasta agosto". "No hay necesidad de ir al concurso de acreedores, miraremos a la Covid-19 a los ojos y reduciremos gastos". Palabras de Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, en la entrevista concedida a este medio el pasado viernes. Y que dejan bien a las claras las líneas maestras del nuevo proyecto amarillo de cara a su futuro más cercano. El impacto económico del parón en el fútbol español por culpa de la pandemia se atisba demoledor.

Debido al contexto de extrema necesidad y de muerte súbita en el apartado de ingresos, el club acometerá el siguiente curso con la previsión de reducir su presupuesto de 26,5 millones de euros a la mitad, lo que dejaría unos 13 kilos en caja.

Con este panorama, la UD Las Palmas se enfrenta al mayor desafío de este siglo: el poder ser competitivo con el informe contable más bajo que se recuerde en los últimos tiempos. Y lo hará apostando por la cantera, no renovando a Toni Otero en la secretaría técnica y entregando a Luis Helguera, el director deportivo repatriado después de la dimisión del italiano Rocco Maiorino sólo unas semanas antes de que estallara la crisis de la Covid-19.

El cántabro tendrá que diseñar las líneas maestras del proyecto desde la austeridad y tirando de ingenio, como ya hizo en su anterior etapa en el club -entre 2015 y 2018- formando tándem con Toni Cruz.

Cuando el equipo logre la permanencia, Luis Helguera detallará las líneas maestras de su política, entre ellas su decisión sobre la secretaría técnica. La salida de Toni Otero, figura controvertida desde su aterrizaje hace ahora dos años, parece más que cantada. Acaba contrato y no se ven intenciones de renovarle. La entidad ya sondea nuevas opciones -gusta el grancanario Tino Luis, ahora vinculado al Betis-.

La merma económica prevista en las arcas amarillas va a resultar clave en esta decisión, y en las restantes. Asumiendo un estado de economía de guerra, las directrices apuntan a explorar; se prioriza la búsqueda de jugadores fuera del círculo comercial. Rastrear el mercado de Segunda División B en busca de oportunidades, como ya se hiciera en su época con nombres como los de Álvaro Cejudo, Saúl Berjón o Adrián Colunga, por poner ejemplos.

La cantera

Y siempre queda la cantera. Seguir en esa vuelta a las raíces que la UD, unas veces por necesidad y otras por convicción, ha emprendido en los últimos años, y que con Pepe Mel como entrenador ha conseguido una representación numerosa en el primer equipo amarillo.

Irrupciones supremas como la del tinerfeño Pedri, sin duda la más destacada con su venta al todopoderoso FC Barcelona, u otras apariciones importantes como las de los porteros Valles y Josep -vendido al Leipzig alemán-, han servido para constatar el papel relevante que puede llegar a alcanzar la gente de filiales. Y más para dar equilibrio al balance económico, contrarrestando salarios elevados de hombres como Rubén Castro, Sergio Araujo, Mauricio Lemos...

Otro aspecto a valorar el que suponen estos últimos nombres, sobre todo el del argentino y el del uruguayo, en el nuevo horizonte económico que se le presenta a la entidad amarilla, que ya el pasado verano debió plantear una rebaja salarial a todo el plantel profesional para ajustar el límite salarial.

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