La primera película que Fernando Trueba y Javier Mariscal hicieron juntos, 'Chico y Rita' (2010), ganó decenas de premios e hizo historia al convertirse en la primera producción española y de habla hispana en ser nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película de Animación. Ahora, 13 años después, ve la luz su segunda colaboración. Presentada este sábado en el Festival de San Sebastián, 'Dispararon al pianista', una exquisita mezcla de documental y ficción que repasa la vida del pianista brasileño Francisco Tenório Júnior, que fue uno de los impulsores de la bossa nova y que en 1976 desapareció en misteriosas circunstancias mientras se encontraba de gira en Buenos Aires.

¿Por qué decidieron que el cine de animación era el mejor formato para contar la historia de Tenório Júnior?

Javier Mariscal (J. M.) Aunque tiene edad para estar retirado y pasearse con un bastón, Fernando sigue teniendo una curiosidad bestial. Y con la historia de Tenório Júnior se obsesionó mucho; me solía dar mucho la paliza con el asunto. Y a la hora de diseñarla, nos dimos cuenta que ‘Dispararon al pianista’ una estética parecida a la de ‘Chico y Rita’, que tenía un tono fabulesco pero al mismo tiempo incorporaba personajes reales en su historia. Además, lo interesante de este película es que revive a Tenório Júnior, lo muestra conociendo a su esposa, bailando con ella, enamorándose. Con un documental al uso eso habría sido imposible. Y, por otro lado, si Fernando hubiera decidido rodar una ficción de acción real con Javier Bardem en la piel de Tenório, el público estaría más pendiente de Bardem que de Tenório.

¿Hasta qué punto es la película también es una reivindicación de la bossa nova, un género músical habitualmente malentendido y mucho más rico de lo que comúnmente se cree?

J.M. Es verdad, la bossa nova es mucho más que ‘La chica de Ipanema’ y la música de ascensor.

Fernando Trueba (F. T.) Me interesó recrear una edad de oro de la música, una atmósfera muy especial equivalente a lo que supongo que fue el nacimiento del movimiento surrealista en París. Los músicos como Tenório Júnior crearon sonoridades y armonías nuevas poniendo en una coctelera elementos procedentes de la música popular brasileña, de la música impresionista europea y del jazz americano. Todos los músicos estadounidenses relevantes de la época se dejaron influenciar por la bossanova, de Ella Fitzgerald a Sinatra. Fue una revolución mundial.

Señor Trueba, ¿podría decirse que en ‘Tirad al pianista’ usted usa la figura de Tenório Júnior como vehículo para hacer un recorrido casi autobiográfico tanto por la música y el cine que ama como por sus ideales políticos?

F.T. Hablar de mí mismo no me interesa lo más mínimo, intento evitarlo a toda costa, pero supongo que no lo logro. Todo artista, hable de quien hable, siempre acaba hablando de sí mismo. De una u otra manera, todas mis películas conectan con cosas que a mí me causan placer, supongo que en ciertomodo eso sí las convierte en autobiográficas.

La película utiliza la desparición de Tenório Júnior como metáfora de la represión que los políticos de ciertas ideologías pretenden ejercer sobre el arte. En España han sucedido varios episodios de censura artística recientemente. ¿Cree que esa censura podría extenerse dependiendo quién gobierne el país próximamente?  

F.T. Sea cual sea el próximo gobierno que tengamos, creo que la sociedad no aceptará ese tipo de censuras. Hay mucho mucho cazurro, mucho garrulo y mucho imbécil por ahí, y puedo que se sigan produciendo casos similares a los vividos en los últimos meses. Pero no creo que ninguno de esos imbéciles logren institucionalizar la censura, no se lo permitiremos. Pero eso no basta, hay que estar muy vigilantes para asegurarnos de que esa censura ocasional tampoco se dé.

Concretamente, ¿qué opinan de la polémica provocada por la inclusión del documental ‘No me llame Ternera’ en la programación de este festival?

F.T.: Francamente, se me hace difícil hablar de una película que no he visto. 

Eso, hablar de la película antes de verla, es precisamente lo que hicieron aquellos que iniciaron la controversia...

J.M. Yo nunca firmaría algo así. Estoy en contra de la censura de cualquier manifestación cultural o ideológica. Me parece bien, por ejemplo, que tengamos acceso a ‘Mi lucha’ y podamos saber qué tenía Hitler en la cabeza.

Uno de los argumentos a favor de la proyección de la película en el festiival es que hasta las personas más monstruosas pueden tener un gran interés periodístico. 

F.T. Yo ahí discrepo. Puedo entender a cualquiera que quisiera entrevistar a Hitler, pero una de mis rarezas es que, por regla general, únicamente paso tiempo con gente que me parece interesante.