Se ha retrasado nada menos que 20 años, pero ha llegado, aunque parezca mentira, en el momento justo para lograr su objetivo prioritario, retomar la historia de cuatro amigos que vivieron juntos sus alegrías y sus traiciones y a los que las drogas, en mayor o menor medida, condicionaron por completo.

Con los mismos actores que en la cinta precedente y con idéntico director, el Danny Boyle de 'Slumdog millionaire' y Steve Jobs, se ha conseguido que la continuidad no se ponga nunca en riesgo. Y a todo eso hay que añadir otro factor de peso, que John Lodge vuelve a ser responsable de un guión que se ha basado en dos novelas de Irvine Welsh, la propia 'Trainspotting' y 'Porno'.

Con semejante equipo y reparando en que Boyle está ahora en su plena madurez, a nadie puede extrañar los sorprendentes resultados de esta espléndida secuela. Si algo ha cuidado el director ahora, consciente de que en ello se jugaba la suerte de la cinta, es la identidad de unos personajes que pocos conocen como él.

Son cuatro individuos que crecieron en el entorno de Edimburgo y a los que las circunstancias, en concreto la traición de uno, Mark Renton, al huir con el dinero del grupo, separaron veinte años atrás. Pasado ese tiempo, el 'traidor' regresa a su casa movilizando a sus antiguos compañeros de fatigas y de adicción, es decir a Begbie que se ha fugado de la cárcel aprovechando su estancia en un hospital; Spud, el más afectado en su salud, que anhela escribir cuentos de su vida, y Simon, alias Sick Boy, que espera saldar sus cuentas pendientes.

Lo que más sorprende de este 'reencuentro' es que saca a la luz sentimientos y sensaciones totalmente vigentes y certifica algo que a nadie escapa, que los efectos de su adicción a la cocaína o, sobre todo, al caballo ha originado en todos ellos estragos incurables. Boyle ejerce un control absoluto de todo este muestrario que aporta consistencia a un producto que fluye de principio a fin combinando drama y humor y configurando una película que no margina nada esencial pese a las tentaciones nostálgicas de algunos momentos.