Conocida como "la isla de la eterna primavera", Madeira es un archipiélago situado frente a la costa del noroeste de África. Durante siete años ha sido elegida en los World Travel Awards como mejor destino insular europeo y, podemos asegurar, no es casualidad. Y es que esta región portuguesa esconde numerosas joyas que la convierten en todo un must en el calendario anual de escapadas.

Funchal, mucho más que un destino de playa

Situado a 500 km de distancia de la costa africana y a 1000 km del continente europeo, este archipiélago está formado por dos islas principales: la isla de Madeira y la isla de Porto Santo, y dos conjuntos de islas deshabitadas: las islas Desertas y las islas Selvagens, que constituyen reservas naturales.

A continuación, descubrimos los imprescindibles de esta pintoresca y desconocida capital europea

Barceló Funchal Oldtown, valor del patrimonio cultural de Madeira

Con una localización privilegiada en el casco histórico de la ciudad, el hotel Barceló Funchal Oldtown con categoría 5 estrellas y 111 habitaciones, se encuentra junto a la Catedral de Funchal y la Avenida do Mar, una de las principales arterias de la ciudad. Destaca por su diseño de estética moderna y la utilización de elementos simbólicos de la arquitectura de esta isla portuguesa.

En el proceso de excavación se encontraron importantes elementos y vestigios de siglos pasados. Para poner en valor el patrimonio cultural local y perpetuar el legado de la ciudad de Funchal, todos los objetos históricos están integrados en la decoración del hotel.

Por otro lado, las renovadas habitaciones y restaurantes de Barceló Funchal Oldtown cuentan con referencias a los bordados y a la cestería de mimbre de la isla en su decoración, además de otros materiales típicos de la zona que se han empleado en los diferentes espacios, otorgando un carácter auténtico y local a un hotel hecho por y para Madeira.

La Fortaleza de Santiago: emblema de la defensa de Funchal

De entre las playas de Funchal, cabe destacar una muy singular que encontramos en el centro de la ciudad y que se forma sobre el cemento, aunque más por lo curioso del enclave que por la playa en sí. Y es que sobre la misma encontramos la Fortaleza de Sao Tiago, una de las tres fortificaciones de la ciudad que sigue en pie a día de hoy. Fue construido en el siglo XVII para defender la ciudad de corsarios y piratas, por lo que se trata de un edificio clave de la defensa de la ciudad contra los numerosos ataques de franceses, ingleses y holandeses.

La Fortaleza de Santiago: emblema de la defensa de Funchal

El paseo marítimo de Lido: la vida en la calle

Recorrer este paseo al borde del mar repleto de zonas ajardinadas es un plan que nunca defrauda. El paseo del Lido es el punto de encuentro de la ciudad, donde los lugareños se dan cita al caer la tarde para pasear o reunirse en una terraza. Y es que hacer vida en la calle es una de las actividades favoritas de los funchalenses y que, por supuesto, no deberá faltar en la visita a la capital de Madeira.

También desde el paseo marítimo se puede acceder a lugares donde darse un chapuzón, como las Poças do Gobernador o la popular playa Formosa, así como a los principales balnearios y spas de la ciudad.

Un paseo por el casco antiguo

El casco de Funchal es conocido como Velha, y representa a la perfección el encanto de esta localidad, donde la vida bohemia se entremezcla con la popular y donde tienen lugar un sinfín de actividades culturales, que va desde conciertos de fado a exposiciones o muestras de street art.

Un paseo por el casco antiguo

La rúa de Santa María es la arteria principal del centro de Funchal y, sin duda, la calle más popular de la ciudad, donde probar en sus locales a ritmo de fado algunos de sus productos y platos estrella, como el pez espada con plátano frito o la espetada de carne a la barbacoa. La Praça Amarela es otro de los lugares que enamoran a los visitantes, sobre todo, al atardecer, cuando sus bares se llenan de lugareños alrededor de copas de poncha (la bebida tradicional de Funchal elaborada con aguardiente, miel de caña y zumo de limón), cervezas Coral (la birra local de Madeira) y vino verde.