First Dates, el famoso programa de citas amorosas, es conocido por mezclar lo bizarro con lo sublime y por sus encuentros llenos de tensión sexual y cringe. Los espectadores han visto cómo las charlas sobre gustos sexuales y preferencias en la cama han copado la atención de los futuros amantes, que buscan una segunda cita o una orden de alejamiento tras la primera.
Durante uno de estos encuentros, la dependienta de Lanzarote, Meli, explicó a su cita su "talento sexual", conocido como la petite mort o "muerte a la francesa". Según Meli, este concepto se refiere al desmayo postcoital, la flojera y el desvanecimiento después de aullar de placer, y es algo que les sucede a las mujeres multiorgásmicas cuando el placer es tan alto que llegan a un momento del clímax en el que su cerebro desconecta.
Mito sexual
La petite mort es más un mito sexual que un hecho comprobable y estudiado, con un número suficiente de casos que puedan servir de aparato teórico. Sin embargo, existen diversos estudios que han comprobado los cambios en nuestro encefalograma cuando alcanzamos la cima del placer y explotamos.
Durante el sexo, nuestro cerebro levanta ciertas palancas en el circuito del placer y la recompensa, se activan regiones específicas que inhiben la corteza orbitofrontal lateral. De ahí la experiencia casi mística del apagón cerebral, que en realidad no adormece nuestra actividad cerebral sino que la hiperestimula con el circuito de recompensas propio del orgasmo.
El origen de la 'muerte francesa'
Quienes han experimentado la petite mort explican que esta muerte cerebral asincrónica y el breve desvanecimiento posterior se producen porque hay un paréntesis en la consciencia durante el orgasmo femenino. Tras un pico de actividad cerebral se produce un descenso brusco y una pequeña pérdida de conexión con la realidad, parecida a la anoxia.
La petite mort es un mito sexual que ha sido recogido en nuestras habladurías de alcoba. Aunque no existe un número suficiente de casos que puedan servir de aparato teórico, existen diversos estudios que han comprobado los cambios en nuestro encefalograma cuando alcanzamos la cima del placer y explotamos. La experiencia casi mística del apagón cerebral se produce porque hay un paréntesis en la consciencia durante el orgasmo femenino, lo que produce un descenso brusco y una pequeña pérdida de conexión con la realidad, parecida a la anoxia.
