Luis Lacasa, el protagonista de la serie de Antena 3 Una vida menos en Canarias, es un inspector de homicidios con una rara enfermedad congénita que padece una de cada 30.000 personas. Tal vez hayas oído hablar de ella o de alguna de sus variantes. Se trata de la acromatopsia, un trastorno en la retina que implica en el caso de Lacasa, encarnado por el actor Ginés García Millán, la ausencia de percepción de los colores. Para el inspector Lacasa la vida transcurre en blanco y negro, con todos sus matices de grises. Es cierto que, de vez en cuando, su percepción visual le da alguna que otra sorpresa y le permite apreciar un color.
La acromatopsia es en realidad una versión de la enfermedad conocida popularmente como daltonismo, tal vez su versión más grave. Las personas con daltonismo tienen dificultad para ver los colores, ya sean todos o determinados colores y la enfermedad recibe un nombre científico diferente, conforme a la discapacidad ante un color o ante todos. Hay identificados cuatro tipos de daltonismo y son los siguientes:
- Deuteranopía: el padecimiento de las personas que no ven bien el color rojo. En esta modalidad de daltonismo, la alteración visual puede ser total o parcial.
- Protanopía: afecta a las personas que no ven bien el color verde. Como en la deuteranopía, la alteración visual puede ser total o parcial.
- Tritanopía: es el caso de las personas que no ven bien el color azul. Igual que en las dos alteraciones anteriores, el problema puede ser total o parcial.
- Acromatopsia: la ceguera al color es total y, por eso, las personas solo ven en blanco y negro, con sus grises.
¿Por qué el protagonista tiene acromatopsia?
La razón de la acromatopsia del inspector Luis Lacasa está en un accidente de tráfico en el que perdió a su mujer. Esto implica que no padece la enfermedad de nacimiento, como la mayoría de las personas que la tienen, sino que se le produjo a raíz del accidente que cambió su vida.
Pero esta es la razón en la ficción, la realidad que inspiró la discapacidad del inspector para ver los colores proviene de uno de los creadores y productores de la serie, Fran Carballal. Él mismo ha confesado que la idea de convertir al inspector Lacasa en una persona que no ve los colores surgió de su propio daltonismo. Carballal es daltónico y quiso traspasar esa discapacidad a su inspector, para dotarlo de una condición especial, "una debilidad emocional que compensa con brillantez intelectual", en la línea de otros personajes legendarios de la novela policiaca, como Sherlock Holmes o Hércules Poirot.
¿Qué diferencia a Una vida menos en Canarias de otras series policiacas y por qué hay que verla?
La serie Una vida menos en Canarias, rodada en las Islas y estrenada primero en la plataforma Atresplayer, comenzó a emitirse en Antena 3 el jueves 4 de abril por la noche y se mantiene en la parrilla todos los jueves a las 22:45 horas. Consta de cinco capítulos de 50 minutos de duración y, como en toda serie policiaca, hay crímenes que resolver. El inspector Luis Lacasa, con su acromatopsia a cuestas, es el particular Sherlock de esta obra televisiva.
Puede definirse como una serie policiaca de factura española, que esencialmente combina el humor con el misterio. Nada que ver con el género policiaco noir o el de acción. Es más bien un estilo Colombo, Se ha escrito un crimen o Crimen en el paraíso, si buscamos referencias externas. También recuerda a Los hombres de Paco, dentro de las referencias nacionales. Así que es una serie para pasar un rato divertido, jugando con los personajes para ver quién es el asesino.
Cuenta con un reparto de actores reconocidos como el mencionado Ginés García Millán y Natalia Verbeke, que encarna a la inspectora Naira Oramas. Ellos dos ponen la nota peninsular en una serie con un fuerte acento canario, con participación de numerosos actores locales. Entre ellos, sobresale Mari Carmen Sánchez, que da vida a la inspectora Cruz Betancourt.
Tiene, además, el aliciente de mostrar Canarias en todo su esplendor, con localizaciones de postal. Sin destripar la serie, disponible en Atresplayer para quienes no la hayan visto todavía y no quieran seguir los cinco capítulos jueves a jueves en Antena 3, muchos lugares están ficcionados.
Por supuesto, la localización es real, aunque no corresponda al sitio del que se habla. Suena raro, pero al ver el primer capítulo se entiende. Su acción se desarrolla en el resort de un supuesto islote de Canarias al que se llega en ferry desde Tenerife. Los canarios ya sabemos que ese islote no existe, pero el resort sí. Se trata del hotel de Lujo Bahía del Duque, en Costa Adeje.
