El nadador estadounidense Ryan Lochte y tres de sus compañeros inventaron un rocambolesco asalto a punta de pistola en Río de Janeiro para justificar los excesos de una noche de juerga que terminó con destrozos en una gasolinera próxima a la Villa Olímpica.

La investigación de la policía brasileña ha demostrado que el asalto nunca se produjo y los nadadores podrían llegar a ser acusados de comunicación falsa de delito y de destrozos, según explicó el jefe de la policía civil de Río de Janeiro. Lochte, James Feigen, Gunnar Bentz y Jack Conger dijeron haber sido víctimas de un asalto a punta de pistola por hombres que vestían uniformes de policía tras salir de una fiesta en la madrugada del pasado domingo.

La investigación demuestra que los deportistas acudieron a una fiesta en el barrio de la Lagoa. En su regreso en taxi a la Villa pararon en una gasolinera cercana y realizaron destrozos en el baño y otras instalaciones lo que obligó a los empleados a intervenir teniendo que avisar a la policía militar.