Al llegar a casa en El Sardo, barrio de San Lorenzo que el ignorante ayuntamiento debe escribir con ese y no con zeta pues hubo un clérigo de apellido Sardo que fue el dueño de este lugar, mientras escuchaba al trompetista Miles Davis pensé que el espíritu americano nos inunda y la Navidad ya es solo una secuela de Halloween. Hay que ofrecer emociones fuertes, se nota en los juguetes pues proliferan los Dráculas, los zombis, los alienígenas, los muñecos con aspecto fiero que llegan a convertirse en monstruitos. Por ejemplo anotamos el boom de una muñeca hija de Drácula que viene con su murciélago, un boom de ventas hasta el punto de que es imposible encontrarla salvo que la compres por internet al doble de su precio. Los hábiles publicistas ya no promocionan las Barbies o Nancys del siglo pasado sino que encaminan los tiros hacia lo siniestro. Los nuevos héroes para niños y para niñas no son apolíneos sino horrorosos. Por ejemplo hay muñecas que se presentan con una fuerte campaña de marketing que incluye novela juvenil, película, una serie en internet y un abanico de complementos. Un tema para que lo estudien padres, psicólogos y sociólogos, pues estos regalos que las niñas piden con ansiedad en sus cartas a Papá Noel y los Reyes Magos son descendientes de personajes asociados al cine de terror. Tienen un aire misterioso y pinceladas tétricas, lo mismo sucede en las figuras para niños, que se presentan con horribles deformidades, aspecto agresivo, fatídico. Debe ser que las nuevas generaciones, viendo la que se les viene encima, prefieren irse acostumbrando a los videojuegos violentos, a la crisis que viene. Habíamos subido a desayunar churros al fresquito de Santa Brígida, unos quince grados, la mañana del sábado. Junto a la calle Tenderete, merecido homenaje al amigo Nanino Díaz Cutillas, nos juntamos Luis Junco y su mujer, Félix Martín Arencibia, Santiago Gil y Rosario Valcárcel, escritores y sin embargo casi amigos dispuestos a arreglar el mundo con esa mirada utópica y rebelde de los escritores. Por cierto, Luis Junco está muy recuperado de su problema cardiovascular y Santiago está en vísperas de ser padre de una niña que seguramente será preciosa, enhorabuena a ambos. Y feliz Navidad a quienes todavía leen.