Amigo Lucas, antes que nada decirte primero que lo de ayer en la Catedral, recordando los 20 años del Sínodo diocesano, valió la pena porque aquellos años de 1992 fueron como un adviento extraordinario impulsado por nuestro anterior obispo D. Ramón Echarren. Aún recuerdo que él mismo nos decía que el Sínodo nos ayudaría a ser fieles a lo eterno, a poner nuestros relojes en hora, y a inventar día a día nuestra acción pastoral.

Al llegar de nuevo el Adviento anunciando que el Niño va a llegar te pido que pongas bien la cabeza ya que es hoy cuando comienza en el mundo cristiano con el símbolo de la corona y sus 4 velas, diciendo: ¡Ven, Señor, no tardes!

Te cuento que el grito ya viene de este tiempo me recuerda cuando mi compañero fallecido Pepe Alemán, siendo párroco de La Pardilla de Telde, y necesitando su pueblo un paso elevado en la autopista, animó a la gente a cortar el tráfico en el momento en que pasaba un ministro. Sé que el pueblo, siguiéndole, se lanzó sin miedo a pedirlo de aquella forma donde todavía coleaba la dictadura. Estoy seguro que el ministro se llevó un susto bueno en su coche oficial. Sé que más tarde aquel grito Ya viene que lanzó Pepe u otro cortando el tráfico, no quedó allí porque semanas más tarde le vino a Pepillo la receta de una multa de 100 mil pesetas por haber sido el animador de aquel pueblo sublevado. Lo más grande fue que, a la hora de pagar, allí funcionó la corresponsabilidad y que aquel dinero se pagó entre todos con la alegría de ver más tarde construido el paso aéreo del que hoy disfruta la gente del lugar.

Oye, cuida que el Jesús que viene el 25 es el mejor constructor del paso aéreo entre el cielo y la tierra al venirse a vivir con nosotros. Qué preciso el cantarle estos días: Ven, ven, Señor, no tardes? Grita tú también con fuerza para que Él sea el mejor puente entre cielo y tierra y di a la gente dormida que despierte y que espere a Jesús como la mejor lotería, sin despreciar el pellizco que nos puede caer ahora en Navidad.

También desde este minuto doy gracias al cura Pepe Rodríguez por su nuevo disco: Volver a galilea. Está ya a la venta con sus 13 canciones en la librería diocesana. Gracias, Pepillo, y ayúdanos a cantar siempre para salir de tanta noche oscura, de tanto paro, de desahucios, de recortes, de una iglesia a veces sin profetismo, y que Jesús nos libre de los políticos feos y llenos de mentiras?

Animo a los amigos a que lean el evangelio encendiendo una a una las cuatro velas de adviento con nombres de Amor, Paz, Tolerancia y Fe. Decirles también a los niños que Adviento no significa Huracán, como uno de ellos me decía, sino que significa venida de Jesús.

Acabo felicitando a la Inmaculada de Jinámar que recibió piropos antes de ayer en el precioso pregón de Joaquín Nieto con motivo de la fiesta de la Concepción, la fiesta de la Cañadulce que será el sábado próximo 8 de diciembre.