El etiquetado de productos alimenticios, indicando su contenido, es una exigencia legal, y un derecho del consumidor, que no siempre se cumple. En esta materia, la normativa es bastante laxa tanto en la cobertura como en las sanciones, de manera que grandes empresas operan con total impunidad, creando alarma social cuando trascienden irregularidades. Este es el caso reciente de las hamburguesas cuyo etiquetado no especificaba contener carne de caballo, aunque las autoridades pertinentes se apresuraron a asegurar que no eran nocivas para la salud. Este mismo fraude ocurre con los transgénicos, que desde el año 1998 fueron introducidos en nuestra agricultura y alimentación a pesar de sus cada vez más evidentes impactos ambientales, sociales y económicos y su dudosa inocuidad para la salud, como ha alertado la Agencia Europea de Seguridad de los Alimentos. Mientras en otros países europeos eran prohibidos, España se erigía como el primer territorio de la UE en cultivarlos para su comercialización. De hecho, hoy en día, es el único país que lo hace a gran escala. Su cultivo se ha desarrollado en unas condiciones de absoluta falta de transparencia y control. Nadie sabe dónde se cultivan los transgénicos y los únicos datos son los facilitados por la propia industria biotecnológica, por la que sabemos que sólo en el año 2007 se cosecharon unas 75.000 hectáreas de maíz transgénicos, o sea, un 20% de la superficie total de cultivo en España. Esto sin contar las importaciones. Si bien desde el año 2004 es obligatorio etiquetar todos los productos que contengan OMG apenas se encuentran alimentos que así lo indiquen en supermercados. La legislación no defiende el derecho del consumidor a elegir una alimentación natural. La ley no exige que los productos provenientes de animales alimentados a base de OMG estén etiquetados; tampoco se informa, si un ingrediente tiene menos de un 0,9% de transgénicos. Tras esto grandes intereses de multinacionales como la norteamericana Monsanto. Y la autoridad sanitaria española ocupada en los repagos.