Declaración de la renta

Cristo, que en este año 2014 he tenido unos rendimientos como persona física algo más flojitos que en 2013, en torno a un 12 por ciento menos. Es jaqueca, falta de proteínas, anemia, en fin, malagana que se dice, y si te soy sincero desde mayo del año pasado cuando la última declaración pues habré disparado dos, tres cartuchos, cuatro cartuchos a lo sumo, pero vamos, nada impositivo de lo que puedas rascar.

De esta manera no hará falta decirte que asimismo mi tipo de interés ha dejado de tener cualquier interés. Si bien antes de 2007 todo lo que viene siendo todo mi tipo estaba en un 100-80-90, con un 1,84 de altura, 75 kilos de peso, rizo exótico, boca llena de dientes, moreno integral y jalapeño en condiciones, tras las sucesivas medidas de austeridad tomadas por tu ejecutivo ello se ha ido desmadejando al punto que cualquier parecido con la foto del DNI es pura coincidencia. Especialmente en lo concerniente al jalapeño.

De hecho mi valor patrimonial a efectos de cotización es semejante al de una higa. Recuerdo antes de la crisis el peloteo de potenciales suegras que a día de hoy es solo un doloroso souvenir de lo bueno que se puede poner uno con el solo hecho de estar alimentado. Tal es así que en el apartado retenciones el saldo es absolutamente negativo. No retengo nada. De una tupidera general antes del periodo descrito ahora domino el vademécum antidiarreico con una facilidad pasmosa.

Y esto es todo Montoro, cachondo. Saluda a los tuyos. En que puedas te pasas por aquí, que te tengo unos suspiros para Bárcenas. ¿Tú bien, no? Ya he visto que te has puesto unos implantes y te has hecho el alisado coreano. Estás, coño, como un queque de manzanas de Valleseco. A la que veo desmejorada es a Cospedal. Pero es por la crema. El mucho colágeno es lo que tiene. Que primero agarra pero luego se te va afofando por el buche.

Si ves que falta algo o puedes sacar algún céntimo de lo mío manda el güasap, cartón.