Lo que importa son los títulos, no los récords de victorias. En estadísticas, en presupuesto y en pronósticos el gran favorito era el Valencia Basket. Y también el Bilbao contra el Barcelona. Pero ahora es el Herbalife Gran Canaria el que está en semifinales de la Copa del Rey, en octavos de final de la Eurocup y también camino del Playoff de la Liga ACB. Y al conjunto de Pedro Martínez solo le queda la Liga. Es la paradoja del baloncesto. Así de cruel, así de atractivo, así de bello es este deporte. Y en especial la Copa del Rey.
Como en la lucha canaria, en este torneo el pequeño le puede ganar al grande. No hay doble vuelta y es en campo neutral. Era difícil. Muy difícil. La estadística y la lógica así lo decía porque el Valencia está prácticamente invicto en la ACB, es un gran equipo, tiene los mejores porcentajes de tiro, una rotación muy amplia y le ha ganado a los dos gigantes a domicilio. Pero así es el baloncesto.
Porque el Valencia, con sus altibajos, había hecho lo propicio para perder el partido. El Gran Canaria tenía que aprovecharlo y así lo hizo. La irregularidad del conjunto de Pedro Martínez durante todo el encuentro le ha permitido firmar un hito histórico.
El cuadro de Aíto García Reneses supo reaccionar en dos ocasiones. Primero con un increíble parcial de 0-21 con el que avisó de que iba en serio, de que estaba preparado para dar la campanada. Y en el último cuarto repitió el guión. El equipo amarillo manejó ese momento de alta tensión con dos bases, todo un acierto a pesar de que los dos no estaban completando su mejor partido.
Y viene el Bilbao, partido en el que el Gran Canaria es el favorito. Pero cuidado con los de Sito Alonso, que no son una perita en dulce. Dependerá de la inspiración de los amarillos.
