Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El político y la foto

Hay una foto, en la página anterior -aquí al lado, justo a su izquierda-, que explica el momento. Cerca de un centenar de niños saltaron ayer al parqué del Gran Canaria Arena, durante el descanso del partido entre el Herbalife y el MoraBanc Andorra, para desfilar por la pista. Allí, entre los nervios y la ilusión del momento, hubo de todo. Muchos mostraron con orgullo su pertenencia al club claretiano. Algunos -tal vez los más tímidos- dejaron que sus sueños se dispararan y se imaginaron en ese mismo lugar, dentro de unos años, jugando con el Granca ante el Real Madrid o el Barça. Y la adrenalina de todos se disparó cuando tipos como Newley, Pangos, Báez o Savané, sus ídolos, se acercaron hacia ellos para compartir un momento antes de la rueda de calentamiento previo a la segunda mitad.

La escena, que la mayoría de los padres guardaron para el recuerdo en teléfonos móviles y tabletas, se la perdieron los políticos que estaban presentes en el palco -Antonio Morales (pese a que luego colgó, él o su community manager, una foto del acto desde su cuenta en Twitter), Ángel Víctor Torres y Carolina Darias- y el presidente del club -Miguelo Betancor- que, en ese momento, optaron por disfrutar del tentempié que se ofrecía en el antepalco.

El detalle no es menor y dice mucho sobre el proyecto actual del Herbalife Gran Canaria, que empieza a ser un monumento al postureo. Que la bandera de la entidad claretiana es el primer equipo, ese buque que maneja tan bien Aíto García Reneses -aunque a algunos les cueste admitirlo-, es algo tan obvio que ni se discute, tanto como que la cantera ofrece al Granca un espacio para crecer, mejorar y recortar el gasto público -algo que solo vieron con claridad Agustín Medina e Himar Ojeda-, tres desafíos que deberían marcar la hoja de ruta del club.

La incógnita a resolver, tras meses de cambio en la gestión de la entidad, es si este Granca tiene un plan y si el Cabildo sabe qué quiere hacer con una Sociedad Anónima Deportiva que le supone un buen pico cada año. El coste de este club parece que sólo es político. Y eso, en el deporte, lleva a un lugar: al desastre.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.