Antón Chéjov es conocido casi exclusivamente como dramaturgo. El motivo de esta visión reduccionista del escritor ruso tiene su origen en que sus obras maestras son dramas, por lo que la mayoría desconoce que posee unos breves y geniales relatos humorísticos que parodian la sociedad rusa escritos durante su juventud con el pseudónimo de Antosha Chejonte. Varios de estos relatos han sido adaptados al teatro bajo el título de Atchúusss!! y correctamente hilvanados a través del relato que hace un viejo acomodador y antiguo actor venido a menos, Enric Benavent, junto a un apuntador, Ernesto Alterio, con quien revivirá esas historias.

Con ellas Chéjov describe las miserias de sociedad rusa decimonónica denunciando el clasismo y la hipocresía valiéndose del humor, pero sobre todo creando personajes y situaciones casi arquetípicas.

Los actores demuestran una gran versatilidad interpretando a diferentes personajes, pero entre ellos quizás destaque en este aspecto Malena Alterio al ponerse en la piel tanto a una apocada institutriz como a una prepotente terrateniente, aunque para hacer honor a la verdad no sobresale como cantante. El televisivo Fernando Tejero hace lo mismo pero en tonos más humorísticos, y Ernesto Alterio supone el contrapunto cómico ideal al triste personaje de Enric Benavent.

De esta forma se suceden los relatos en un espacio escénico muy original al utilizar dos decorados que se transforman mediante la iluminación en espejos y camerinos, lo que da un sugerente toque irreal a la función. Todos los cuentos están magníficamente adaptados excepto quizás la última pieza, en la que Ernesto Alterio tiene que hacer frente a una madre e hija demasiado desquiciadas, tanto que con sus numerosos gritos la historia resulta un poco demasiado histriónica.

Finalmente la obra terina con Benavent cerrando la función con las últimas palabras de Pagliacci, "la comedia e finita", con lo que al igual que en la ópera de Ruggero Leoncavallo hemos estado viendo una obra dentro de la obra.

Atchúuss!! es una deliciosa obra que destaca tanto en su adaptación como en su interpretación y nos dejar ver la vena humorística de un Chéjov que desgraciadamente ha quedado sepultada por sus posteriores dramas.