La pregunta que muchas nos hacemos, y que ha llevado a las mujeres Charter 100 Gran Canaria a movilizarnos es por qué alguien no cree a la joven que ha denunciado su violación por cinco alimañas de forma simultánea. Por ello, nos cuestionamos qué sociedad hemos desarrollado, qué valores hemos inculcado para que haya personas que puedan siquiera considerar que una mujer en su sano juicio desea voluntariamente tener sexo degradante con cinco hombres en un portal, y que después la dejen tirada y para mayor aberración los cinco violadores suban los hechos a las redes sociales.

Seguramente, quienes no la crean serán las mismas personas que advierten a las mujeres que no abusen de su libertad, que no provoquen, porque pueden verse inmersas en situaciones "difíciles", porque, en el fondo, esas personas no creen que los hombres y las mujeres sean iguales.

En pleno siglo XXI seguimos enseñando a nuestras niñas a que se cuiden de no ser violadas, en lugar de enseñar a nuestros niños a no violar. En pleno siglo XXI, sigue habiendo personas que piensan que si la mujer no opone una resistencia férrea hasta defenderse con riesgo de su propia vida, o que queda tocada anímicamente, es que la agresión masculina entra dentro de las reglas normales del escarceo amoroso. En pleno siglo XXI, seguimos viviendo en una sociedad machista.

Estas son las actitudes que perpetúan el modelo machista: se empieza por recordar a la mujer que debe evitar las situaciones de riesgo físico y se continúa invitándola a evitar cualquier situación de confrontación: evita luchar por un mejor puesto de trabajo, evita luchar por tus derechos, evita demostrar todas tus capacidades, evita destacar, mantente en la esfera de protección que te ofrece el hombre.

¿Para cuándo una sociedad igualitaria? ¿Para cuándo una sociedad en que hombres mentalmente sanos entiendan que ninguna mujer desea ser sometida, en ningún aspecto de la vida? ¿Para cuándo una sociedad sin miedo? Queda mucho trabajo por hacer. Es una lucha permanente evitar los micromachismos cotidianos, evitar los roles estereotipados, en los que la mujer asume el papel débil, dulce, comprensivo con las debilidades ajenas, y el hombre es el aguerrido protector, al que hay que reconocerle el poder.

Afortunadamente, ya somos muchas las mujeres que alzamos nuestras voces a favor de la igualdad real. La lucha por la igualdad entre mujeres y hombres ya no está relegada a un puñado de mujeres combatientes, que hicieron todo lo que pudieron, pero que eran una minoría a veces no comprendida, cuando no denostada, por la sociedad en general.

Ahora somos muchas, muchísimas, millones de mujeres, de todos los ámbitos sociales, de todos los sectores profesionales, de todas las ideologías, las que abogamos por la igualdad real. Mujeres que generamos opinión en nuestro entorno y que nos asociamos para ser más fuertes en colectividad. Ese es el espíritu que inspira a nuestra asociación, Charter 100 Gran Canaria, desde la que animamos a las mujeres a empoderarse, asumir el protagonismo de su propia vida, para que toda la sociedad las crea.