La Provincia - Diario de Las Palmas

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Javier Durán

RESETEANDO

Javier Durán

Salvar el culo

En una elemental diagramación de los hechos los bancos han salvado el culo gracias al Supremo, que a su vez lo ha puesto a buen recaudo gracias al don de la oportunidad de Pedro Sánchez -que vía legislativa modela el cabreo ciudadano para evitar un asalto a la magistratura-, mientras el hipotecado se lame la herida de la retroactividad. La secuencia sobre quién pagaba la cuenta de los impuestos por los Actos Jurídicos Documentados (AJC) de las hipotecas se ha convertido, finalmente, en un documental sobre los resortes del poder para salirse con la suya: 13 magistrados en contra y 15 a favor parlotearon durante dos días sobre el efecto colateral que ya había absorbido la grasa del sistema bancario: empezar a pagar el tributo. Impensable considerar una ruinosa retroactividad que sometiese a Botín y compañía a un estrés sin coágulo. En esta pieza de Beckett, los justicieros de las puñetas radiantes han firmado con la banca un plan de jubilación que, paradójicamente, no los ha convertido en retirados que saborean la tarta Sacher en un café de Viena, sino en individuos vulgares sometidos a las debilidades que exhala cualquier cajero automático. Al final hay que restregarse los ojos hasta despeinarse las pestañas para concretar el último acto: el inquilino de La Moncloa emerge con afección preelectoral dando o no por saco al Supremo, echándonos una gominola bajo la lengua para que no se nos ocurra salir a la calle contra esta transpiración tan fuerte de la Justicia más omnipotente -no la de las audiencias provinciales- apestando a un saco de papas podridas dentro de una cueva húmeda. ¡Que nos traigan a un juez de paz! Hemos sido testigos de cómo unos se salvan el culo a otros, es decir, una ensalada en la que han convivido el forcejeo, la pugna, la negociación, el futuro, la carrera, la promesa... Toda una escenificación en la que el hipotecado no era nada ni nadie.

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