La Provincia - Diario de Las Palmas

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APUNTES

Prioridades invisibles

De repente el 'coronavirus' irrumpió en nuestras vidas, y nos las interrumpió. Todo lo que hasta entonces era importante pasó a segundo plano en un santiamén. Absolutamente todo. Cosas impensables.

Si ya era una tragedia en las Islas la bajada del turismo un 5%, ahora hay que hablar del cero turístico, como el cero eléctrico que deja a oscuras a una ciudad. La industria del automóvil apenas se había recuperado de la caída de ventas en la pasada crisis, la de los recortes sociales, la ayuda a los bancos, el pin, pan pun político cuando el 'Covid 19' nos dejó a todos con la mascarilla sobre la cara de susto. Lo mismo que la construcción.

Pero la vida sigue. A ritmo lento, a ese 'modo' cámara lenta que ya está, gracias a los SmartPhones, en manos de toda la gente y que nos permite ver mejor las escenas, fijarnos en todos los movimientos, detectar los fallos de un sistema que ha llegado a un 'punto crítico'.

Nos ha pasado, en primer lugar, con todo el engranaje sanitario, con una política que había olvidado la medicina preventiva y el amplio concepto de la salud pública como primera trinchera frente a la enfermedad. Y nos ha pasado con la universidad, donde 'no es oro todo lo que reluce', incapaz de afrontar con eficiencia la tele-formación de urgencia, por problemas técnicos y por problemas funcionariales. Nos ha pasado con informes que advertían de que el meteorito del coronavirus se nos echaba encima? pero nadie los leyó o les hizo caso. Y sin embargo ¡estaba ya escrito en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2013, y en la de 2017! Rajoy firmaba los documentos.

Los hoteles, por ejemplo, tenían que haberlo previsto, se les había advertido en 2009 después de la 'Gripe A', pero pensarían que era sensacionalismo. Los políticos, en nuestro caso español y canario, no se percataron del enorme riesgo de colocar incapaces y amigos del partido en puestos de alto riesgo permanente. Ha llegado, pues, el momento de hacer 'majo y limpio' y dar a cada uno según su cualificación y aptitudes y no como premio de consolación o agradecimiento. Y así, 'ad infinitum'.

Ahora hay que repensarlo todo, pero a la luz de la dramática experiencia que hemos vivido, y que volveremos a vivir, más tarde o más temprano. Toca reflexión general, contrición y propósito de la enmienda. La penitencia la estamos cumpliendo, culpables o inocentes.

Todo esto, y más, se tiene que combinar con otras prioridades. Hace unos días, 'Faro de Vigo' informaba de una redada en las Rías Baixas en la que se detuvieron a unos peligrosos narcotraficantes, que quisieron probar suerte durante el confinamiento masivo, como resultado del apresamiento de un 'buque nodriza' cargado de fardos de droga cerca de Canarias. Aduanas con la patrullera de abordaje 'Petrel', un BAM de la Armada con base en el Arsenal de Las Palmas, la Policía Nacional, un juez de Vigo? no dejaron de atender sus obligaciones.

Otra prioridad 'invisible' para la ciudadanía, y hasta para muchas autoridades y analistas de la modalidad sabionda es el Sahel. 'Casa África', con su impagable 'dossier' informativo, da diariamente señales de alerta temprana. La mala cosecha, la pertinaz sequía, agudizada por el cambio climático, las acciones yihadistas de Al Qaeda y EI, la violencia tribal, el narcotráfico, el tráfico de armas y de personas, configuran una situación explosiva. Que afecta a Canarias, aunque muchos se nieguen a verlo. Pero la imagen geoestratégica es muy clara, y aterradora, si pensamos en Irak, en Libia, en Siria?

Cualquier efecto desestabilizador sobre Túnez, Argelia, Marruecos, Mauritania, juntos o por separado, puede ser? sí, empleemos la palabra maldita, la guerra. Por eso España y Francia están allí, ayudando a Mali y a otros estados en la frontera del fallo técnico, a resistir la presión. Canarias, por estar donde está, tiene un papel que jugar, que no es el de vender gofio.

Lo que nos debe preocupar es aprender la lección de que todo lo que se haga o no se haga tiene consecuencias, y de que el peligro siempre acecha. A pesar de que el 'enemigo' sea relativamente 'invisible'. Hombre, virus u odio.

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